Olvida el mundo que estremece el alma y la aclimata a la soberbia y en el que la vanidad unge lo que somos piel adentro.
Ven y desnúdate, relaja el músculo de la pose y mira hacia dentro, hacia el derroche de luz que alumbra la única verdad que te sostiene.
A veces, casi siempre lo frágil, lo efímero, lo delicado, de tan hermoso, de tan sutil, provoca miedo. Esto me recuerda las palabras que en una novela escribió Mishima Yukio: “La belleza pide a gritos su destrucción”. Están las personas como tú, que la belleza les hiere y, las que con la posesión asesinan lo bello que consiguen. Cuanta intensidad atesoras Laura… Un abrazo Amiga.
A veces, casi siempre lo frágil, lo efímero, lo delicado, de tan hermoso, de tan sutil, provoca miedo.
ResponderEliminarEsto me recuerda las palabras que en una novela escribió Mishima Yukio: “La belleza pide a gritos su destrucción”.
Están las personas como tú, que la belleza les hiere y, las que con la posesión asesinan lo bello que consiguen.
Cuanta intensidad atesoras Laura…
Un abrazo Amiga.
Hermosa fotografía y hermoso poema, LAura.
ResponderEliminarUn beso.
Y ella erre que erre (jeje), lo que pasa es que... ¡qué poéticamente lo expresas, amiga!. Abrazote cómplice.
ResponderEliminar¡Que dolor cuando la primaver empieza sin nosotros! tanta belleza alrededor sin compartir.
ResponderEliminarUn beso.