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Nunca es suficiente



Escucho las sonrisas de los otros
como si fueran líneas divisorias de dos mundos
y escribo, entretenida entre los dedos la memoria,
como si el acanto que adorna mis pilares
estuviera a punto de languidecer.

Quizás el territorio que describo es de sombra
y ese palio imperfecto de las nubes
perfile las palabras que acumulo.
Quizás el tantear el blanco de la hoja
haga de mis horas cuchillas afiladas
para despejar la tremenda humedad de los silencios.

Y siento que mi voz no llega,
que nunca es suficiente mi garganta,
que la línea del sendero es fragmentaria
por puro sincretismo en lo mediocre.
Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

Réquiem de Otoño, mi poema: De la muerte...

Fotografía: Brandan
A Mariano José de Larra
en un Réquiem de Otoño
ante su tumba.
A ti...
De la muerte, un peso como de hojas
de este otoño que muere a tramos lentos
y da tregua a la caricia de la luz.

De la muerte, un incesante llanto,
la inclemencia larga y desbocada
del grito que ahogaste en desamor.

De la muerte, toda la soledad,
ruido del hueso, cáliz oscuro
a la palabra nacida entre los labios,
yugo del tiempo que te encierra.

Llego con una deriva en los ojos
hacia el crujir absoluto del árbol
que no tarda en llorar hojas muertas
al encierro que de ti yo estoy llorando.

Te siento ese silencio entre costillas,
ese ser sin síntoma de vida,
ese entrar y salir como una nada
desde la pelvis al molde del cerebro.

Ya estoy aquí, ya somos dos
por recibir el barrunto de la lluvia,
por disociar la memoria de lo seco.

Mientras vuelves,
yo sujetaré la tierra
embadurnada con las letras de tu nombre,
sostendré con las manos el mordisco,
arrancaré el pulmón al fondo estrecho
hasta ser línea de ti, reglón marchito
entre hojas que del ocre nos musitan.

Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan
para Réquiem de Otoño

... y me hago río



Adoro la música
que bulle entre palabras.

Yo, embadurnada de las luces que derramas,
hago un envoltorio de silencios
trasciendo y me hago río
que quisiera coagular el alma toda
en la tierra desierta de tu orilla.

Mas desciendo, resbalo y me escabullo
sin el germen del roce de tu boca.

Llega el momento del beso,
el aliento de una magia contenida,
y sigo fluyendo
sin tacto, como virgen de dureza,
como si el mar tuviera que tomarme
y no tú, amor, y no tus ojos,
de amor llenos y de río y de manzanas.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Brandam"

Antesala de un naufragio



Puede que las sombras me hablen y yo no escuche,
si la lentitud de la serpiente adora el recorrido de mi cuerpo
y la fragancia vocal que alienta mi garganta
cuando tu nombre hace de ella su guarida en lo oscuro.

No sé si siento más las fauces del silencio
que el pulso reiterado de la sangre entre mi carne,
deshuesada por ser única morada de tus manos
en un sueño, por incrédulo, indecente y reducido...

Siento la pérdida en la distancia que da la arena
cuando sazona el mundo de desiertos;
sin rumbo exacto, en la escala de un mapa ebrio,
cuando el velamen cava su tumba
en el casco de esta nao novia del naufragio,
amante del escollo, imán del farallón que hay en tu costa.

Volteaste el eje de la tierra
cuando arrasaste la cubierta de mis ojos
con una lengua de espuma, en caricia libadora.


Laura Gómez Recas
Fotografía, de Brandan

Tu boca



Tu boca,
en el cenit del latido,
surca el espacio
que abren mis palabras al amar.

Cautiva del segundo,
torna en acto primitivo
la locuacidad de tu silencio.

Perfecta anémona
en la voraz sincronía de mis labios.


Laura Gómez Recas
Fotografía, de Brandan

En carne viva


A Paloma Corrales,
desde el cayado de la aorta.


Brota el corazón a dos
sobre el brocal de la urgencia,
vuela de síntoma terco
como paloma
que agita el polvo en la arena
o sacude el sonido del aire.

Brota seguro
del augurio del ventrículo
y leva el pecho y repuebla
el cayado de la aorta
y el verso de la carótida
a su paso por mi cuello,
sostén de la cadena que lo amarra.

Me sabe incauta y esclava...

Acumula la insurgencia
en calabozo de sangre.
Derrama el brote en mi gleba.
Cruza la tierra con sed de cuerpo,
de rojo invade la anchura humana

y desuella mis perfiles,
del alma,
en carne viva.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

A Paloma Corrales

Bailar


Te quiero
decir por qué.

Dos islas con su luz
sobre el mar de la nota
son un barco atracado
a una grieta increíble
que quiebra el universo.

Se deslizan y flotan
con el tacto impreciso del aliento,
con la ola de caricias del oído,
sin otro rumbo
que el don acuático en lo ideal.

Zarpé sobre tu puente
y mi piel no era mi piel,
sino pluma mecida entre tus velas.
El norte eran tus ojos;
tu brazo diestro,
maroma en mi noray;
tu mano izquierda,
fondo para mis anclas...
Mis pasos en tus pasos,
de la vida, certeza.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Corazón", de Brandan

Indolencia



Odio la indolencia, la aborrezco,
como odio sumar negativos
y mentirme y que me mientan.

Dónde decirte de sublime tu voz
es toda falsa,
dónde escarbar contra la merma
entre una gándara de alabanzas,
dónde modificar el pulso
para certificar que ocupo casi un trono
de reina decapitada.

Para qué decirte que siento mi mentira
en cada palabra que delatas al mundo
y que no atisbo luz ni en una frase
pues me sé fuera de ti
como ángel de paso que cae
y bajo las alas se deshace entre la muerte.

Para qué decirte mi batalla,
si tu batalla es toda una mentira,
bajo la piel de mi cuello es una hiena
y culebra en el sótano
que en ti procuro.

Odio la indolencia, la aborrezco,
como sugerencia de ser ni eres ni soy,
no somos nada, nada nunca fuimos,
no llego a ti y tú de nada llegas,
ni das, ni alimentas, ni eliminas,
ni siento nada, mientras todo siento
porque no sé quererte sin quererte,
ni sé entender la queja si no quieres.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

Como gota de ámbar



He perdido una cuenta de collar entre los senos.
Resbaló, traidora,
como gota de ámbar,
imparable su descenso hasta mi alcoba.
Creo que el calor la derritió
porque hay un sabor a miel
sobre tus labios.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Ámbar", de Brandan

Este líquido que me es



Amo tus manos en el zaguán de mi cuerpo,
dotadas del ánimo de quilla del arado
capaz de perforar el horizonte
sin hastío,
de voltear la piel
en el absorto ras de la caricia,
artesano del surco
sediento de humedades.

Para beberme en un cáliz de silencios rotos,
me hiciste agua entre tus labios.
¿Dónde contener ahora
la marea que desplaza la luna
de este líquido que me es,
que me limita en la ola,
que me estrella en arrecifes de tu ausencia?

Me disperso agua, me derramo mar,
me vierto lago en la pulida superficie
de esta muerte en la que vivo

tu infinitud.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Flor", de Brandan

No hay voz


Del mar, toda la voz.
Del cielo, la palabra.
Sólo el corazón, del sentimiento.



Quisiera escribir esta noche
sobre el cieno y la vigilia,
sobre la rótula de Dios aplastando mis costillas,
todo el peso del abismo, abandonado sobre mí.

Eres tú, fuente de palabra,
la sangre,
el costado donde se abre mi herida.
La fractura en el cráneo de mi historia.
Es el sabor de tu boca, la saliva constante sobre el sexo,
la purga que traiciona el día séptimo
con un vómito imprevisto y derramado.

La sinceridad me abrió la puerta hacia lo oscuro
y él, allí, en su trono de nube y de relámpago,
contempla cómo penetro en el templo, invidente,
abriendo brechas en la yema de mis dedos
con el monstruo acechante en la cuneta
y un tropel de pléyades frisando la locura.

Quisiera escribir esta noche
sobre el camino enfangado.

A la siniestra, la impunidad
fornica con el alma que la enciende
y sella los resquicios de la luz,
A la diestra, el desdén con sorna instigadora
transcribe mi sonrisa hacia otras bocas,
lupanares que cuecen el dolor a brasa lenta
y licuan la densidad de nuestro sueño.

Mi muerte acecha este trayecto sin avance
y me apago velando tu horizonte sin la luna.
El grito es la única salida de la asfixia,
pero no hay voz que me sostenga la palabra.



Laura Gómez Recas
Fotografía: "Mazal 1", de Brandan
htpp://pintadoporelagua.blogspot.com 


La gota



Como llama sobre la sal del mar,
se origina la gota entre mis pechos.

Resbala sobre el poro,
arrastra, se hace néctar,
jugo en densidad...
Instala la humedad
como un verso cuesta abajo

y gira sobre el cráter del ombligo
bajo el naufragio hambriento de tu sed.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Flor", de Brandan

Escarlata y singular



Sin la duda suicida en la baranda
que ribetea el escalón que me suma,
giro la cabeza y veo el camino
de pegajoso sustrato
que van hilando mis pies.

Volteo el horizonte.

Hoy no quiero ser lluvia de ultramar
ni lagrimal de amapola.
Solo pétalo translúcido
de un color que languidece
bajo el entumecimiento de la ira.
Quiero conjugar el rojo en futuro perfecto,
en primera persona escarlata y singular.
Quiero rojear sobre el talud de la palabra.

Asumida la siniestralidad del camino,
seré hermana de la tierra que explora la raíz
pues no habrá más autopsia
que la prensa expandiendo
la negrura de mi centro
en el papel secante de mi existencia.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

Queridos monstruos de jardín



Queridos monstruos
que hablasteis con los grillos que habitaron mis sueños:

Vivo hilando una noche por ser, junto a la jungla,
la parte de lo oscuro.

Lo armónico de este mar no es sino el vil pronóstico
de aleatorio giro en el ara de la sangre
que coagula el tiempo
cuando me muerde.

Entre dos cruces,
destrenzo mis cabellos, desdoblo las costillas
y percibo el aliento del mal cerca de mí.

Adherida a la piel
la opacidad,
soy la sierva en rotación y pago en la tragedia
la mordida de la luna
al señor del abandono.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Mercurial", Brandan

El bramido de la sangre



La poesía es una lluvia escarlata con olor a sangre, que brama entre los dedos y se escapa en un vuelo transgresor donde los haya.
Es tu alma la red que has de emplear para atraparla.

Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandam


Nunca sospeché que, al intentar dar una definición de lo que para mí es la poesía, iba a inspirar algo tan hermoso como lo que Brandam ha sido capaz de impregnar en una fotografía.

Sobre el agua, sólo agua... para crear arte.

La imagen nos trasporta al título que el autor ha elegido. Un bramido que va más allá de lo posible en el mundo de los sentidos.

Mil gracias


"Pintado por el agua"

La piel derramada



Se desborda la imagen sobre el marco
que sujeta el espejo a la pared.

La piel se derrama sobre el temple.

Quiero salir de mí como tangente a esta realidad,
volarme y serme lejos de la escafandra acentuada
en la que el cerebro se endurece y se lacera,
alejar las selvas que la razón me otorga
con raíces ancladas al sumidero del tiempo.

¡Ya!

Me pronuncio...

y me deseo.

Laura Gómez Recas
Imagen: fotografía de Brandan