Me miras como hoja que pasa.
Cuando hay un cielo negro en mi ventana
no se atisba el temple de tu palabra
ni la alcoba segura de tus manos.
Arrecia en salpicaduras la lluvia
y araña los cristales la intemperie.
Cuando las luces brillan
y avivan los márgenes del camino,
no se sienten tus pasos compañeros
ni la lumbre en tu aliento cuando amante.
Me miras como hoja que pasa.
Pero fondeo en ti, y permanezco
porque quiero dormir entre las páginas
del libro que abres al anochecer.
Laura Gómez Recas
Una imagen final muy potente,, muy hermoso Laura, pero tan triste!
ResponderEliminarBesos, que queden.
De eso se aprovechan los chicos! :-) precioso Laura. Besos.
ResponderEliminarMuy buen poema, Laura. Me parece un recorrido impecable y un final espectacular. Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo.