Daría mi sombra,
gris de mi ser que me persigue,
por espirar el duelo
y arañar la estela del naufragio.
Todo síntoma que recorro
Todo síntoma que recorro
me conduce al centro
que en mí escarbo.
Toda calentura que palpo
orienta a la certeza
el sentido inconcluso de mis dedos.
Verdades abiertas de la herida
Verdades abiertas de la herida
y pupilas amantes de la sangre
que exigen atravesarme en la tormenta.
Vendavales llenos de mañanas
que recorren mi valle,
garganta abajo...
hasta el vientre...
hasta más allá de lo punible.
Siena.
Siena.
Es el color de la víscera
que apuntala mi cuerpo.
Porque de tierra es el crisol
en donde arraigo,
sin más habitabilidad
que el barro simple del que libo.
Tierra.
Mineral nostálgico del abrazo
para yacer, honrar y laborar
cada vez que el oxígeno me invade
y aquilata la arqueta del amor.
Daría mi sombra,
Daría mi sombra,
gris de mi ser que me persigue,
por endulzar la boca
y anudar un señuelo a la sonrisa.
©"Desiserátum", Laura G. Recas
Es que después de conocerte se me hace ese gris
ResponderEliminarcasi indescifrable.
Si no fuera por que es un color de mmi paleta.
"Verdades abiertas de la herida
y pupilas amantes de la sangre"
Porque la herida es verdadera
y la puipila amante siepre sangra.
Podría haberme quedado con cualquier verso.
Pero es que este poema en sí mismo
es sonrisa dulce y sangrante.
Un placer haberte conocido Laura.
Tierna toda,
sana toda,
limpia toda.
Tu amiga ,y no solo virtual
Leni
(Yo te admiro)
Un beso enorme.
Cautivadora esa sombra (gris de mi ser que me persigue).
ResponderEliminarPoco es darla por espirar el duelo
o anudar un señuelo a la sonrisa.
Hay heridas que sólo así cicatrizan.
Una belleza de poema.
Besos.
tendrás que ser sombra de la sombra y en sus ojos verte crecer de nuevo desde lo más oscuro, desde lo más pequeño...un beso.
ResponderEliminar... y en esa sombra me diluyo
ResponderEliminarabsorto, extasiado, en silencio,
ante el derroche de sensibilidad
y de belleza.
¡Qué bien escribes!
Un beso
Tal vez es posible cambiar el color de las sombras. Tal vez, sea igualmente posible, cerrar las heridas aunque sus cicatrices te duelan pero solo ante un pasajero diluvio.
ResponderEliminarTus letras son un bello concierto suena triste pero con fuerza porque está compuesto desde el alma.
Felicidades,
Cris.
Sempre es un placer saborear la textura de las palabras, ese juego sutil de consonantes que anidan y anudan la sonoridad de un poema, y que en este caso está tan bien "sonorizadas"
ResponderEliminarUn abrazo
Marian
Laura...qué fuierza percibo en el dolor, qué arranque.Las imágenes poéticas son bellísimas.
ResponderEliminarTe mando un abrazo enorme, y admirado.
Laura, lo único que puede hacer uno después de leerte es hacer una reverencia ante el texto y quitarse el sombrero (si lo lleva puesto). Maravilloso texto sombrío.
ResponderEliminarLeni, muchas gracias por tu cariño. Me encantó poder abrazarte. Fue un momento importante para mí. Te tengo muy cerca y ni siquiera sabía cómo eras.
ResponderEliminarEn cuanto al poema, es un poema de resurrección. Las pupilas amantes de la sangre son pupilas que no renuncian a ver lo que hay dentro de uno mismo. Y eso hace que se evolucione y que se atraviese la tormenta que haga falta.
Un beso grande para ti,
Laura
Ybris, acertado tu comentario. Me alegra ver que te gustó el poema.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Sí, Fernando. Eso es lo que nos hace crecer al fin y al cabo. Lo importante es crecer, de nuevo crecer.
ResponderEliminar¡Ojalá, hubiera podido hablar más contigo! Te tengo pendiente, como una asignatura, para la próxima ocasión.
Un beso, grande.
Laura
Noray, de nuevo dando la espalda. Me gusta así.
ResponderEliminarGracias por tu halago. Sé que es de corazón. Te prometí publicar ya mismo algo y lo hice. Lo prometido es deuda. Y... la verdad, me apetecía este poema.
Un beso
Laura
Gracias por tus palabras, Cris. Desde luego, con el alma se escribe y si no es así, malo, malo.
ResponderEliminarUn beso,
Laura
Marian, me alegro de que hayas saboreado mis palabras y de que te hayan "sonado" bien. Sabes que te admiro profundamente y una mirada complaciente tuya es mucho para mí.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Hola, Marisa. ¡Buf! El dolor y el arranque, ya le decía a Leni que es un poema de resurrección. Lo estuvimos hablando el otro día tú y yo.
ResponderEliminarUn besazo.
Laura
Dana, gracias por tu visita y por esas palabras tan mágicas.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Porque de tierra es el crisol
ResponderEliminaren donde arraigo,
sin más habitabilidad
que el barro simple del que libo...
Toda música, toda emosión !!poemazoo!!
Un enorme abrazo, Laura!
Mónica, qué grande es ver tu sonrisa asomada a mi jardín.
ResponderEliminarGracias, compañera.
Laura
Los colores te identifican, a ratos callan ya ratos gritan tus bondades.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Laura,
ResponderEliminarEl poema es brutal. una resurrección que invita a los vendavales llenos de mañanas y futuras sonrisas. Me encantó:
"Siena.
Es el color de la víscera
que apuntala mi cuerpo".
Magnífico.
un beso grande
Mónica
Laura, aun no siendo una experta en poesia, me parece un poema precioso, tan lleno de sentimientos que me ha emocionado. Espero que sepas que aun estando lejos, en la distancia, estamos cerca... Besines desde Canada
ResponderEliminarBelen
Enrique, ¡no sabes lo que me ha gustado verte por aquí! Esta mañana te visité y de tu blog pasé al de tu hija, Sara. Le dejé un comentario y, sin embargo, me olvidé de dejártelo a ti. Pero vuelvo a leerte.
ResponderEliminarLos colores: Sí. Últimamente, recurro mucho a ellos. La plasticidad que aportan dicen mucho (o, eso creo)
Un abrazo enorme. Me encantó conocerte.
Laura
Mónica, gracias por tu lectura y por tus palabras. Es importante tu opinión para mí. Tu poesía se acerca mucho a la mía.
ResponderEliminarBesos.
Laura
¡Belén! Pero... ¡si eres tú! ¡Qué suerte tenerte aquí! Soy afortunada.
ResponderEliminarGracias por entrar y leer. Quizás así me entiendas algo mejor. Es la forma en la que saco de dentro lo que me inquieta, lo que me llena y me vacía. Tú me comprendes, ¿verdad? Es un poema elocuente.
Y, sí, ya sé que estás cerca.
Te quiero mucho, aunque nunca te lo diga.
Besines para mi niña. ¡Ya estoy llorando!
Laura
Es que sólo el titulo que es un verso ya es un poema "Gris de mi ser que me persigue". Me gusta, todo el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gio.
¡Lauraaaaaaaaaaaa! Este es uno de los mejores poemas que te he leído. Es muy bueno, bajo mi punto de vista. ¡Felicidades de todo corazón!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Gio, por leerme. Es un placer encontrarte entre mis versos. Es un simple verso, pero grande :)
ResponderEliminarTú sí que me sorprendes cada día más cuando te leo. Me tienes fascinada.
Un abrazo,
Laura
¡Ángeles! ¡Gracias! ¿Avanzo? Siempre me lo ando preguntando. Es un tormento. Gracias por tus ánimos.
ResponderEliminarPor lo del libro, no te preocupes. Lo tienes reservado ya con dedicatoria incluida.
Besos, besos, besos... por estar ahí.
Laura
Muy hermoso Laura. Los cuatro últimos versos me pareces geniales. un abrazo. hacía ya tiempo.
ResponderEliminar¡Milagros! Sí, el retiro ha sido largo. Pero ya estamos aquí, mis versos y yo.
ResponderEliminarUn beso
Laura
Hola Laura:
ResponderEliminarEste poema es una pasada y enganchaaaaaaa. Engancha tanto que, si me lo permites, quisiera guardarlos entre mmis preferidos, aunque sea en esta cajita del alma ¿vale?
Besos.
Daría mi sombra,
ResponderEliminargris de mi ser que me persigue,
por endulzar la boca
y anudar un señuelo a la sonrisa.
Tu poesía es profunda, ensimismada en lo hondo de tus sentimientos, deja ver solo una esquina de tu dolor de tus frustraciones.
Te produces despacio, sin prisa, rodeada de bellas imágenes que construyes con deleite...una vez más no me ha traicionado mi torpe intuición de hombre...un beso virtual de azpeitia
Gracias, Jesús. Un placer, verte aquí. Y, elevado al cuadrado, el placer, digo, viendo que mi poema te ha gustado tanto.
ResponderEliminarPor supuesto, puedes guardarlo en ese rincón del alma... es el sitio perfecto.
Un beso.
Laura
Gracias por esas palabras, Azpeitia. Lo cierto es que me ha encantado eso de "te produces". Quizás sea eso, ¿verdad?, al escribir nos producimos, nos creamos en la misma recreación de lo que somos.
ResponderEliminarJuego de palabras. Pero tiene un gran sentido.
Un beso,
Laura
No puedo irme sin comentar este poema Laura, de una belleza lírica increíble, esas sombras y heridas que siempre nos acompañan y han permitido que elabores, con la simpleza que seguramente anida en tu alma, un trabajo digno del mayor de los elogios. Estoy encantada de haber conocido tu espacio.
ResponderEliminarMe presento:
Soy Denn, moderadora del portal literario Mareas del alma:
http//mareasdelalma.foroactivo.com
Somos un grupo de poetas reunidos en torno a un
denominador común: el amor a la poesía y desde allí la invitación.
Sería realmente un honor para todos nosotros contar con una
escritora de tu prestigio dentro de nuestro núcleo, para enriquecernos,
aprender y soñar dentro en un ambiente de amistad y calidez.
Mil disculpas por la molestia ojalá pueda encontrarte allí Laura, nos honrarías con tu presencia.
Un besito para vos y gracias por el tiempo que me has dedicado
Denn
La sombra nos persigue.
ResponderEliminarEstá en nosotros vestirla de colores, ignorarla, aplaudirla.
Muy hermoso, entro hoy y te sigo
Para Mareas:
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el aprecio que demuestras hacia mi poesía. Para mí es un gran placer que encaje y llegue de esa forma a otras personas.
En cuanto al foro, lo apunto y lo tedré presente, pero últimamente dispongo de poco tiempo y he decidido no formar parte de ninguno. Eso no significa que, si en algún momento, tengo más tiempo entre y os visite. Será un honor que te agradezco desde ya.
Un abrazo,
Laura.
Virgi, te doy la bienvenida, te agradezco tu visita y tus palabras. Son alentadoras.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Laura
Laura, aunque tarde, llego a la lectura de este poema: carnal, luminoso, esperanzado, vivo...; todo, merced a la exactitud de tu palabra y el ritmo por el que todo él se desliza. Gracias por compartirlo.
ResponderEliminar(Por cierto, hace sólo un par de días, vi en mi blog un comentario tuyo del 21 de septiembre. Al haberse quedado algo atrasado, no lo había visto. Ya le di respuesta, previa presentación de las disculpas correspondientes, que aquí reitero.)
Un abrazo,
Antonio
Daría mi sombra...
ResponderEliminarLetras profundas no exentas de una cierta nostálgica ensoñación.
Me cautivó sobre todo la acuarela, Laura; la he recorrido ampliada y es como si caminases a un mundo imaginado y distinto.
Felicidades por la entrada.
¡¡¡Antonio!!! ¡Qué bien verte aquí otra vez! Echaba de menos tu mirada. La respeto muchísimo y tu criterio me parece una buena brújula para fiarme en esto de la poesía.
ResponderEliminarGracias por tus palabras de asentimiento con respecto al poema. Me ha llenado de alegría que veas un buen ritmo en el poema. Me atormenta mucho, sobre todo, en estos en los que no le doy importancia al lugar en donde caen los acentos. Me dejo llevar más por el ritmo del orden del verso, las anáforas... etc.
En cuanto al comentario de tu poema, no tienes que pedir disculpas. Yo dejo ahí mi opinión, porque me apetece comunicártela y tú la ves cuando puedes. Eso no es importante. De verdad.
Y tu problema informático... ¡ya ves! Resuelto.
Date por abrazado, que el verano ha sido largo y el reencuentro lo merece.
Laura
Emilio... te agradezco tus palabras sobre los versos; pero mucho más las que dedicas a la humilde, no, humildísima acuarela.
ResponderEliminarSoy una profana en esto de pintar. Pero desde niña me entusiasma colorear y por eso me dedico a hacer manualidades con el pincel. Solo de vez en cuando.
El cuadro que hay en la cabecera del blog fue mi primer óleo. Y me siento muy orgullosa de él. Ésta, curiosamente, fue mi primera acuarela.
Un beso grande,
Laura
Hola,Laura, ando de mudanza y llevo un tiempo sin internet pero hay días, como hoy, en que a ratos puedo cogerlo de algún sitio cercano. Justo antes de entrar en tu blog estaba pensando que daría cualquier cosa por apartar esta sombra gris y esta tristeza que me acompaña en estos días.Me ha conmovido leer tu poema,tan lleno de dolor pero con la fuerza patente de la resurrección,y que hoy siento tan cercano. Gracias por tus letras escritas con tanto sentimiento y por la esperanza que derraman.
ResponderEliminarUn beso grande
Ana
PD. Por cierto probablemente a finales de mes tenga que ir a Madrid y es así te aviso, me encantaría poder conocerte.
Un sentido y bello poema en el que el cierre es oro fino. Tus pasos por la poesía son zancadas, amiga. Sobre todo, me entusiasman la cantidad de buenas metáforas que sabes engarzar en los textos, casi siempre singulares.
ResponderEliminarPuede, que para mi gusto demasiado surrealistas alguna vez, pero no en este poema que se lee muy bien encadenado y donde la metáfora no traba el relato sino que lo potencia.
Esperaba, no obstante, o mejor diría que lo deseaba, un giro en su final donde asomase algo positivo en situación de amargura.
Un beso con el mayor cariño, Laura, y pronto en tu piel.
Carlos
¡Ana! Es curioso que casi siempre andamos caminamos las dos sobre el mismo círculo concéntrico de estas aguas que nos envuelven. Me satisface que hayan penetrado en tí mis versos de esa manera tan peculiar, que los hayas hecho tuyos por aproximarse así a tu vivencia particular. Eso es más de lo que uno puede esperar.
ResponderEliminarLo de tu visita a Madrid, qué te puedo decir... ¡me encantaría! Avísame.
Un beso
Laura
Carlos, ¡pufff! ¿He pasado el examen de tu lectura? ¡Glub! Me ha hecho pensar eso de que la metáfora en este poema no traba el relato, sino que lo potencia. Ese, quizás, sea uno de los secretos. Como siempre, tienes razón. Lo del surrealismo ya lo hemos hablado, ¿verdad?
ResponderEliminarEn cuanto al tema, es un poema de asentamiento en uno mismo. Así lo viví al escribirlo. La autoafirmación.
Otro beso. Nos vemos pronto.
Laura
Laura, pasa por mi blog. Hay regalo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Antonio
Bellisimo poema de resurección,
ResponderEliminarLas ventanas de la tierra en que te arraigas las tienes aviertas de par en par:
Daría mi sombra,
gris de mi ser que me persigue,
por endulzar la boca
y anudar un señuelo a la sonrisa.
Ahhhhhh, como escribes.....
Besitos
Antonio. Ya he pasado por VERBO Y PENUMBRA. Muchas gracias por mencionar este espacio. Te lo agradezco de verdad. En breve lo publicaré con mis ocho deseos .)
ResponderEliminarBesos.
Laura
Gracias, Elena, por tu piropo, por tu lectura, por ser como eres y por tener esa sensiblidad extrema que te hace tan especial.
ResponderEliminarMe alegro de ver que me visitas y que eso te complace.
Un beso grande.
Laura
ES hermosa la sombra que te persigue y se deja seducir por tan álgidas palabras, es un placer leerte y sentir tus versos en mí, un abrazo con cariño.
ResponderEliminarBueno, bueno, Laura. Vuelvo a Hortus Liber con muchas ganas y me encuentro esto. Qué triste, pero qué bello.
ResponderEliminar"...sin más habitabilidad
que el barro simple del que libo..."
Esto me ha gustado muchísimo. Libar el simple barro como alimento y para crear alimento (como las abejas que generan luego la miel).
Besazos
Gracias por tu visita. ¡Tan reconfortante!, Francisco Javier.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Ángeles, la metáfora implícita en ese verbo "libar" es perfecta para el tono del poema. Lo has cazado al vuelo.
ResponderEliminarUn besazo
Laura
Precioso poema, una exhaustiva introspección de todas las fatigas y todas las dificultades de la vida interior.
ResponderEliminarUna delicia leerte y una suerte haber encontrado tan bello poema.
Saludos
Narci
No se si es más bello el poema o la acuarela...Debe ser como ver lo bello desde dentro y desde fuera.Eres una privilegiada.
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por tus palabras.
Muchas gracias, Carlos. Pero lo de la acuarela es pura casualidad. Salió como salió, pero no soy más que una insensata con los pinceles. No he tenido tiempo de ir a clases y así me pasa...
ResponderEliminarLo del poema sí está trabajado. Al final, puede que sea como dices: todo se reduce a la mirada del que observa un poco más allá de lo habitual. Como haces tú.
Besos.
Laura