Olvida el mundo que estremece el alma y la aclimata a la soberbia y en el que la vanidad unge lo que somos piel adentro.
Ven y desnúdate, relaja el músculo de la pose y mira hacia dentro, hacia el derroche de luz que alumbra la única verdad que te sostiene.
¡Precioso!
ResponderEliminarAbrazos
Bello...
ResponderEliminarQué bonito, Laura; esto sí que es un haiku! Besotes
ResponderEliminaruna bomba de relojería...hermosísimo...
ResponderEliminar