Se desborda la imagen sobre el marco
que sujeta el espejo a la pared.
La piel se derrama sobre el temple.
Quiero salir de mí como tangente a esta realidad,
volarme y serme lejos de la escafandra acentuada
en la que el cerebro se endurece y se lacera,
alejar las selvas que la razón me otorga
con raíces ancladas al sumidero del tiempo.
¡Ya!
Me pronuncio...
y me deseo.
Laura Gómez Recas
Imagen: fotografía de Brandan
Un bello poema que es una revelación en la que te rebelas con mucha fuerza.
ResponderEliminarSabia decisión final... Intentar salir del marco es querer salir de nuestra anatomía, ser alma si la hay o sólo pensamiento...Somo un todo, y en ese todo, yo te adoro.
ResponderEliminarCon poco tiempo para estar con vosotros, me pronuncio escapándome de las horas. Tus lágrimillas, en Zaragoza las llevo en el corazón como perlas preciosas.
Un abrazo enorme y besos. Me habría encantado poder disfrutar más de todos en el Encuentro.
Desbordarnos.
ResponderEliminarSer pompas de jabón volando desde nosotros hacia lo desconocido o hacia los demás.
O, sencillamente, para vernos a debida distancia.
Besos.
Laura, te felicito por tan exquisitas palabras, por la forma de decirlas que no deja indiferente.
ResponderEliminarTambién, desde aquí aprovecho para dar la enhorabuena a Brandon, su Blog no permite comentarios y que sepa que hace auténticas filigranas con la imagen.
Un saludo a ambos
Esos dos versos finales, plenos de fuerza y afirmación, me parecen sublimes.Un enorme abrazo
ResponderEliminarTres palabras para armar otro poema: piel, razón y tiempo.
ResponderEliminarA veces nos empeñamos en salir tanto de nosotros mismos que corremos el riesgo de que nosotros mismos terminemos olvidándonos.
Un beso... sin olvido.
Una escapada de lo que más puede encadenarnos... nosotros mismos.
ResponderEliminarMucha fuerza hay en estos versos, Laura.
Montones de besos.
Un abrazo, Marcos, por ser el primero. Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarLaura
Lunska, fue un placer compartir tu compañía en Zaragoza. Eres un ejemplo para mí. No tuvimos tiempo de hablar, pero me quedé con las ganas. No fue el mejor día de mi vida y estuve algo desorientada.
ResponderEliminarLamento que te hayas llevado mis lágrimas, hubiera preferido regalarte mi sonrisa (mucho más asidua a mí... bueno, llorona también soy, pero risueña, mucho más).
Gracias por tu comentario a mi poema. Está lleno de cariño, como tu cara.
Un beso,
Laura
Ybris, me encanta eso de las pompas. Es una imagen muy buena. Realmente, el poema habla de liberación, de la interior.
ResponderEliminar¿Quién no ha tenido algún día la necesidad de desasirse de las adherencias internas que nos incapacitan para ser nosotros mismos? Luchamos constantemente contra eso. De vez en cuando hay que hacer limpieza.
Un beso.
Laura
Gracias, José Antonio. Pero mis versos no llegan a los talones a los tuyos. Me tienes meravillada.
ResponderEliminarEl blog de Brandan es una belleza. Tienes razón. Seguro que les llega tu felicitación.
Besos.
Laura
Marisa, puede que esté ahí la fuerza. En el grito.
ResponderEliminarMil besos,
Laura
Hola, Noray.
ResponderEliminar¿Tú crees que yo me podría olvidar a mí misma?
Sí. ¡Vaya!
Gracias por el aviso y por el beso sin olvido.
Laura
Luisa, mi premiada Luisa... Eso es lo que le explicaba a Ybris. Lo has pillado exacto.
ResponderEliminarUn besazo.
Laura
¡ya!
ResponderEliminarme pronuncio
y me deseo.
Perfecto final.
Besos.
¡Pero qué preciosidad, Laura! Todo el poema y el final, fantástico e intensísimo, como te imagino a ti, por lo que te leo. Muy atareada pero siempre paso por aquí, deje o no comentario. Abrazo azul siempre,
ResponderEliminarLaurita: Qué precioso título para ese desborde de ti misma ante el espejo: "La piel derramada", ¡precioso y sugerente!
ResponderEliminarMe gusta cómo has ido curtiendo la transformación.
Un beso
Un gran abrazo, Jesús. Gracias por tu apunte.
ResponderEliminarLaura
Gracias, Azul. Siempre tienes palabras dulces.
ResponderEliminarUn beso
Laura
ángeles, me encanta que te guste.
ResponderEliminarTrans-forma-ción.
O,
Des-borda-miento.
Un besazo.
Laura
Genial como siempre Laurita. Disculpa mi tardanza. No doy a basto. Te admiro gran poeta
ResponderEliminarEl deseo de ser, de estar, de pronunciarte y hacerte real, inmejorablemente expresado.
ResponderEliminarUn abrazote grande
Marian
Jolín Laura!.El desierto y la oscuridad de la palabra lo conviertes en oasis de esencias, perfumes y colores que embriagan los sentidos.
ResponderEliminarUn beso.
Milagros, me encanta verte por aquí. Un beso.
ResponderEliminarMarian. Gracias por tu aliento. Un besazo.
ResponderEliminarLaura
¡Bufff, Carlos! Tú sí que embriagas con tus imágenes. ¿Has visitado el blog de Brandan? Esta foto es suya. Está dedicada a un poema mío. ¿No es estupenda? Creo que ese sumidero del que hablo se adapta muy bien a ella. Parece piel.
ResponderEliminarBesos.
Salirse de si misma atravesando márgenes, mas allá del sumidero del tiempo hasta crear este bello poema, vale la pena esa fuga.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita. Hablamos el mismo lenguaje. He entrado en tu blog y tienes un poema que habla de lo mismo. Es más, emplea esas palabras: salirse de sí mismo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Creo que de vez en cuando no viene mal hacer lo que propones en este poema, derramarnos de nuestros propios límites, salirnos de nosotros mismos para liberarnos y nombrarnos a nosotros mismos. Sí, hacelo y hacerlo con la fuerza y determinación que marca ese ¡Ya! que nos dejas al final del poema. Gracias por este poema, Laura, que en estos días me ha sido de una gran ayuda.
ResponderEliminarUn beso que te llegue al corazón
Ana
Siempre llego tarde a comentar tus poemas.¡Tienes tantos admiradores!. Pero llegar tarde tiene la ventaja de leer los comentarios que te hacen y Lunska nos cuenta que derramaste unas lagrimitas en Zaragoza. ¡Estupendo, así me gusta más tu poesía! Esas lágrimas denotan que escribes con sinceridad y que eres tierna, por muchas razones que te acosen y espejos que quieran engañarte y minorar tus valores. Un saludo ab imo pectore.
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