Entre el viento y la cortina,
cuajar la luna sobre la sombra
extraída del cielo gris.
Caramelizar las nubes entre unos versos
y los jugos del pomelo y de la fresa
verter sobre la falda, poco a poco.
Tres o cuatro conversaciones,
una caricia arrebatada a los naranjos
y un tercio de la medida utilizada
lleno de tactos y soledades:
todo junto se bate con la aguja del reloj.
A parte,
se arma un lecho con rodajas de frescura
en adobo de calma y profundidades,
que se adereza con la menta de la risa.
Meter al horno,
lentamente.
Doscientos,
doscientos diez grados de luz.
Transcurrida la noche, retirar y desmoldar la razón.
Laura Gómez Recas
Muy buena receta, me la apunto, aunque seguro que te has guardado algún ingrediente secreto. Seguro que si pruebo, no me sale igual.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Laura: una combinación muy atractiva y eficaz. Yo le añadiría un poco de reposo final para degustarla plenamente y apuntar en el diario sus principales componentes para no olvidarlos nunca. Preciosa y originsl poesía, grandísima poeta. Un beso con mucho sabor.
ResponderEliminarSugestiva receta.
ResponderEliminarY difícil.
Quizás por esos 200 grados de luz que se requieren.
Besos.
Una receta, sin duda, sugerente y apetitosa. Propia de un menú de enamorados y próximos en afecto. Con tu permiso, la incorporo a mis fogones del día a día.
ResponderEliminarMe ha encantado. Igual que esa selección semanal que nos has ofrecido en Crepusculario siglo XXI, y que he seguido puntualmente, aunque en silencio.
Un abrazo.
Nada como una noche repleta de caricias de luna sobre las cortinas, nada como descabalgar de la razón de vez en cuando y descansar a la sombra de las pasiones que ponen el contraste a la vida.
ResponderEliminarUna verdadera preciosidad de poema .. me quedo con esos "doscientos diez grados de luz" .. genial.
Gracias.
Magníficos vrsos, amiga. Esa receta es de las que atrapan los sentidos.
ResponderEliminar¿y si prescindimos del todo de la razón? yo prefiero
ResponderEliminar:)
bs
¡Ahora entendí!
ResponderEliminarEl ingrediente secreto de la Luna... es Laura
Siempre es un placer pasear por tus aterdeceres, llorar tus desamores y cocinar con tus recetas
un abrazote
Lo mejor de todo es esa caricia arrebatada a los naranjos y tu extraordinaria luz.
ResponderEliminarPara que funcione bien la receta hay que hacerla con mucho co_razón.
Un beso
Ayer, en tu recital, vimos muchas más recetas que la de tu poema: cocinamos con tu buen hacer, con tu lirismo y tu talante de romántica en el sentido más sublime de la palabra, un alimento espiritual propio del mejor "chef" que pueda existir. Un beso, "tu pequeña hada madrina" Cristina Cocca.
ResponderEliminarUna receta tremendamente suculenta, Laura, prometo intentarlo.
ResponderEliminarBesos
Marian
José Antonio, no seas modesto, tú seguro que me aventajas en esto de las recetas. En la de hacer versos, seguro.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Gracias, Fernando. Lo del reposo en estas cosas es a gusto del comensal.
ResponderEliminarEspero que saliera todo fenomenal el lunes pasado. Me acordé.
Un beso,
Laura
Ybris, la luz es lo más importante. Seguro.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Antonio. Me alegro de que los poemas que publicó Ferando Sarría en Crepusculario te gustaran. Fue estupendo estar toda la semana allí.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Gracias, Ave. Pasión... :o) Enamoramiento. Poción mágica. Misterio.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Hola, Jose. Me alegra tu lectura. Este es un poema menor? No lo sé. Lo utilicé ayer para abrir el recital. Es tierno y ligero. Para abrir el hielo.
ResponderEliminarEl último fue todo lo contrario. Acabé matando al sol con una pistola y toda la frialdad del mundo.
Un abrazo,
Laura
Santiago. Puede... A veces, es bueno hacerlo. En el fondo, el poema habla de cocinarla en molde y dejarla hecha un bizcocho. Vamos, cocerla y prescindir de ella. Metamorfosis interior, que dirían algunos. Enfermedad letal. Andar por ahí sin la "razón" por mucho tiempo, puede ser peligrosillo.
ResponderEliminarUn beso y gracias por estar.
Laura
Hola, Carlos ¿Regresaste de tu retiro? Tengo que visitarte.
ResponderEliminarUn besazo hacia el Sur.
Laura
Gracias, Noray, por lo de la luz. Me ha gustado lo del co-razón. Tiene miga...
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Cris. Me has dejado de piedra con tu comentario. Mil gracias, hada madrina. Gracias a ti, ayer disfruté leyendo ante un auditorio entregado. Me abriste las puertas. Me has abierto muchas.
ResponderEliminarLos piropos literarios, viniendo de ti, son más que piropos. Criterio te sobra. Por ello, doblemente gracias.
Besos.
Laura
Hola, Marian. Feliz con que entres, si lo intentas... tú verás.
ResponderEliminar:o)
Besos.
Laura te encuentro cocinando y dándonos a probar tu receta. Lo de hacerla pública es lo que tiene... que es susceptible de re-visarse, como en este caso ha hecho Ybris con su buen ojo "científico"
ResponderEliminarSi en vez de 200 grados -de luz- le pones 180 te saldrá perfecta. La luz, ya se sabe, lo más que "ilumina" es eso, los restantes 180 -del total: 360ª- quedan a la espera -en penumbra. Si saben esperar participarán en otra receta.
Bueno, yo venía a comunicarte que hoy he publicado en mi blog tu texto...
* abril 22, 2010. Dios no sabe que hoy estoy llorando: Laura Gómez Recas
(Publicado por Laura Gómez Recas en 22.3.10 en su blog Hortus Liber. Lema: "Olvida el mundo que estremece el alma y la aclimata a la soberbia y en el que la vanidad unge lo que somos piel adentro. Ven y desnúdate, relaja el músculo de la pose y mira hacia dentro, hacia el derroche de luz que alumbra la única verdad que te sostiene". PAQUITA) lauragomezrecas.blogspot.com/ (...)
Ya he leído que estuviste estupenda ¡lógico!
PAQUITA
Esos versos han caramelizado mi tarde.
ResponderEliminarCaminante. Muchas gracias. Eres un sol. Ya no me acordaba. Me dijiste que al mes de su publicación ibas a reproducir ese poema en tu blog. Y así lo has hecho.
ResponderEliminarHe puesto en la columna derecha un enlace a tu espacio.
Un beso, grande.
Laura
Ángel, es un deleite saberlo. Tan lejos, en esa tarde que desconzco desde esta noche...
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Te dejé un mensaje felicitándote por el día del libro y mandándote una rosa azul. Tal vez no te haya llegado. En cualquier caso, hoy, te pensé. Abrazos, Laura
ResponderEliminarPD: Si no te llegó, házmelo saber y te lo mando de nuevo.
Muchísimas gracias, Azul. Sí. Recibí tu mensaje y tu rosa. Ha sido un gesto muy hermoso.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
"cuajar la luna sobre la sombra"
ResponderEliminarMe ha encantado este verso, Laura, y eso de desmoldar la razón no está nada mal (por lo menos de vez en cuando creo que viene bien)
Recién llegada de Sevilla, a estas horas de la madrugada andaba pensando en el menú para mañana y no lo dudo me quedo con tu receta, aunque algún cambio seguro que sufrirá porque raramente las sigo al pie de la letra. Estupenda receta, ya se me está haciendo la boca agua.
Una alegría volve a leerte.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Un lecho con rodajas de frescura
ResponderEliminaren adobo de calma y profundidades,
que se adereza con la menta de la risa.
Esta es la receta que yo andaba buscando. Me la quedo y te dejaré probar cuando nos veamos
Besotes.
Hola, Ana. Me alegra saber que compartes receta. Tú, que acabas de estar en Sevilla, seguro que tienes ingredientes más jugosos, como apuntabas en tu blog.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Elena, para ti toda... aunque yo creo que la tuya funciona muy bien y te sale perfecta.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Yo que acaricio, los pomelos y las naranjas todos los días directamente del árbol y me los como desgajándolos con los dedos, te entiendo mejor que nadie...porque se hacen caramelo en mi boca y restauran mis fuerzas en los largos recorridos que hago por la Sierra de Carrascoy...Verso limpio, puro, que sabe a eso que todos soñamos en lagunos momentos, cuando la luna se hace nuestra cómplice...siempre tienes mi admiración y cariño por tu pluma tan sutil y certera...un abrazo desde Zuhaitz-Ondoan de azpeitia
ResponderEliminarUna perfecta receta para una noche de luna llena y amor nuevo. Combinada muy bien con tus versos.
ResponderEliminarMi querida Laura:
ResponderEliminarNo voy a seleccionar ningún verso, ni fruta alguna, sería una preferencia que no merecen el resto de símbolos tan bien seleccionados ni versos tan originales en la exposición de una noche de amor. Sensacional, Laura, lo has bordado, relatar una reelación sexual con semejante condimento pone de manifiesto tu gran creatividad poética dentro del mayor lirismo en un mensaje que, además, contiene una gran carga emocional. Parecería por los ingredientes que nombras, un poema jocoso, apropiado para bromear, no obstante, el fondo, el corazón del poema es de lo más dulce, y tierno donde advierto un amor que se desborda.
Como se me desborda el beso, cuando te lo envío.
........Carlos
Gracias por tu lectura, Carlos. Pero no es lo que imaginas. Es un texto sin calado personal. Un juego sobre el arte del enamoramiento. Así, como quien no quiere la cosa, se cocina ese estado semi-catatónico.
ResponderEliminarCreo que es un poema menor... no sé. Lo leí en mi recital de abril y gustó mucho. Fue el primero, para abrir boca y despertar al auditorio con algo fugaz y liviano... un juego.
Pero tiene su miga... sí... tienes razón.
Besos, desbordados.
Laura
!Excelente receta, Laura!
ResponderEliminarY la luz, lo mejor es la luz!
Besosssssssss
Estoy contigo, Mónica. La luz es lo mejor y lo indispensable.
ResponderEliminarBesos para ti.
Laura