A mi padre,
porque se fue...
Presiento un destierro boca adentro,
como si una soledad
se hiciera fuerte en mis costillas
y el mundo entero disparara al corazón.
De una nube, dispersa la apariencia,
se despegan las cenizas de la urna
para lloverse en la garganta que me ahoga,
para no hacerse paz, sino batalla;
no dejar un resquicio a la alegría
y ser presencia de adiós, larga distancia
entre tus ojos y mis párpados dormidos.
Me ciegan porque quieren ser talento
que acobarde el color de aquellas flores,
con el ánimo dispuesto a hacer la búsqueda
de cada brizna de ti que hallen en mí.
De un torrente, sarcófago del alma,
la llamada es, en sangre, luz y fuerza
que huracana el recuerdo y me confunde.
¡Que en esta vida no hay vida, sino en ti!
Laura Gómez Recas
(Llámame azul)
Imagen: Atardecer, Llac de Pombie,
al pie del Midi d'Ossau.
Jaime G. Recas