La testaruda gracia del espejomigra hacia el sur,
epicentro en ruinas del hayedo
en el que modelas la fe
que me abandona.
Partióseme la aldaba
en dos axiomas,
de tanto golpear en tu cerebro.
©"Cincuenta ausencias", Laura G. Recas
Fotografía: Hayedo en el cañón del Añisclo (Huesca), Jaime G. Recas
Me encanta. Un abrazo. milagros
ResponderEliminarel primer verso es sugerente, aparte de que sabes que suelo utilizar los endecas y me meto cómodo en su acento y ritmo. tambien me gusta el sexto verso, hepta, y el cierre, otro estupendo endeca, y si observamos el quinto y el séptimo, la sonoridad asonante le da una suavidad que se agradece.
ResponderEliminarun beso Laura, un gusto siempre leerte y saberte tan en forma
Gracias por tu lectura, Milagros.
ResponderEliminarUn abrazo
Laura
Alonso, me alegra que el poema haya pasado la criba del análisis métrico. Ya sabes, libre; pero respetando ciertas normas. La libertad puede derivar en libertinaje; y la libertad del verso puede derivar en prosa poética en un plis plas. El ritmo te marca la norma, el ritmo es el que, al fin, transmite el sentimiento de la palabra. No está todo pensado, pero sí trabajado.
ResponderEliminarUn besazo
Laura
Golpea las veces que quieras, hasta que no sean dos, sino millares los axiomas
ResponderEliminarSaludos
Migul, sí, yo soy así. Pero duele:
ResponderEliminarCada golpe es una herida que multiplica el axioma.
Cuántos más axiomas, más razones para golpear. Cuantos más golpes, más heridas.
Tiene su miga esa espiral sinfín.
Laura
Golpeamos el cerebro demasiado a menudo, Laura, y las heridas se nos cuelan en este poema que sabe a advertencia, a cartel de stop de un rojo brillante.
ResponderEliminarUn abrazo
MArian
Marian, puede que tengas razón. Que esté implícita la advertencia en estos versos.
ResponderEliminarUn abrazo
Laura
Encantador blog el tuyo...
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias, Antonio, sonrisa de Hiperión. Me alegra que hayas sentido placer al pasear por mi Hortus Liber. Siéntelo como tu casa.
ResponderEliminarUn abrazo
Laura
laura,
ResponderEliminarqué gran poema
inmenso y explícito
un abrazo
fernando
Es un poema que en su brevedad atraviesa.
ResponderEliminarTe dejo un beso y mi admiración.
Muchas gracias, Fernando. Aprecio muchísimo tu opinión. Gracias, de nuevo.
ResponderEliminarLaura
Lys, me alegro que te haya "atravesado" porque es un poema sentido desde la primera letra a la última. Quizás con claves difíciles, pero cada uno de los versos tiene un porqué definido en mi sentimiento. Tú, al hacerlo tuyo, lo has engrandecido.
ResponderEliminarUn abrazo
Laura
Es un poema muy sugerente que me viene a decir que las cosas no son siempre como nos gustaría que fuesen. Me ha gustado mucho
ResponderEliminarUn beso
(Y gracias por el enlace)
y desvestirás las ausenciuas como el hayedo en otoño...sólo silencio ...¿?--besos.
ResponderEliminarGracias, Rosario por tus palabras y lo del enlace... era de ley.
ResponderEliminarUn beso
Laura
Fernando, puede que la clave esté en el silencio. Es un verso el que me mandas... precioso. Quizás en él está la respuesta.
ResponderEliminarTe mando otro... beso.
Laura
Me ha gustado este poema. Me gusta la musicalidad, el ritmo... pero me agrada más lo que transmite.
ResponderEliminarEl poema debe ser libérrimo, con un toque de cierto desenfreno, una pizca de entrañas... es mi humilde pensar.
Un placer leerte.
Gio.
Laura tu blog es estupendo.Tu poesía me ha parecido hermosa, profunda, con maestría y calidad. Volveré a dejarme arrullar por tus versos. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Gio. Es un comentario que me halaga. De esos que te animan a seguir escribiendo.
ResponderEliminarLaura
Marisa,¡cómo me alegro de tenerte por aquí!
ResponderEliminarNos leeremos.
Un abrazo
Laura
Tienes la habilidad de concentrar en pocas palabras todo un mundo de sensaciones.
ResponderEliminarEso admiro de tí.
Se multiplicó el axioma de dos.
Y eso duele.
Bellísima forma de retratar.
Un beso
Leni, me alegro de que me hayas visitado y de que te haya llegado este poema.
ResponderEliminarUn beso grande
Laura
Laura, se "respira" cierta desolación, digamos, melancólica en tu poema, como bien se ha dicho, cadencioso y, además, digo yo, desnudo de cualquier innecesario artificio: exprimiendo las palabras para que al final "dibujen" ese estado del alma que las fue engendrando.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Antonio, sí, creo que está desnudo de palabras innecesarias. Es muy satisfactorio cuando dices exactamente lo que quieres en un espacio muy pequeño.
ResponderEliminarHe intentado toda la mañana dejarte un comentario en tu blog para la última entrada, pero me ha sido imposible. Me ha encantado. Ya te lo dejaré.
Un abrazo, de Laura.
He paseado por varias de tus poesias, algunas aprecian muy bien la belleza de la naturaleza o el impacto del momento sobre el ser.
ResponderEliminarUn Saludo.
Bienvenido, Edu. Yo también te he visitado y he dejado mi huella en tu blog. Espero volver a sentir tu paso por aquí porque tu escritura la siento cercana.
ResponderEliminarPor cierto, me encanta tu profesión.
Un abrazo,
Laura