Sin la duda suicida en la baranda
que ribetea el escalón que me suma,
giro la cabeza y veo el camino
de pegajoso sustrato
de pegajoso sustrato
que van hilando mis pies.
Volteo el horizonte.
Hoy no quiero ser lluvia de ultramar
ni lagrimal de amapola.
Solo pétalo translúcido
de un color que languidece
bajo el entumecimiento de la ira.
Quiero conjugar el rojo en futuro perfecto,
en primera persona escarlata y singular.
Quiero rojear sobre el talud de la palabra.
Asumida la siniestralidad del camino,
seré hermana de la tierra que explora la raíz
pues no habrá más autopsia
que la prensa expandiendo
la negrura de mi centro
en el papel secante de mi existencia.
Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan
Sube uno a veces a lo alto y no es el lejano horizonte lo que allí nos reclama.
ResponderEliminarEs el áspero camino que hasta allí nos lleva y que nos deja inermes pero beligerantes en la rojez de nuestra propia singularidad.
Algo así como un borrón de nosotros mismos, como papel secante, exprimidos sobre la tierra hermana.
No deja de ser también un horizonte.
Por más que sea volteado.
Besos.
Vaya, vaya. Menudas imágenes:
ResponderEliminarpues no habrá más autopsia
que la prensa expandiendo
la negrura de mi centro
en el papel secante de mi existencia.
Dice mucho el poema, donde sobresalen los colores rojo y negro.
Un abrazo.
Preciosa fotografia, y mejor poema. Es un fluir de palabras que conforman un tapiz sobre el que se desliza la agradable sensación de lo inasible.
ResponderEliminarEl último verso, como dicen por aquí: definitivo.
Mi enhorabuena.
Un abrazo.
Un poema lleno de imágenes plenas, redondas, y tremendamente sonoras.
ResponderEliminarUn beso
Marian
Santo cielo, y yo hablando de esquelas sin saberlo!
ResponderEliminarNo sé, la primavera hace extraños retrécanos.
Bs
Bueno, bueno, esto es una poesía dramática. Es inútil que revistas el poema con todos los colores del arco iris o con las metáforas más sofisticadas. Aquí hay un desistimiento ante la vida, una depresión personal, un
ResponderEliminarcalificar tu existencia como negrura después de haberte analizado en profundidad. Tu vida no es realmente así, querida Laura. Tú estás llena de coraje y esperanza. En otro caso no escribirías los poemas tan preciosos que siempre nos regalas. Un saludo ab imo pectore.
Los versos se doblan y retuercen para aplicar color a la negrura, para despegar los pies de lo pegajoso que ha de quedar en la hemeroteca del yo poético (o no). Siento en el poema una plomiza sensación que angustia a pesar de las rendijas de luz que se adivinan al fondo.
ResponderEliminarVuelves los pasos sobre esas líneas de surrealismo que tanto me gustan en ti.
Un beso.
No te conozco pero te intuyo en lo que te leo. Y te intuyo roja escarlata, fuego, cada vez que me acerco a tu rincón de poesía escarlata con olor a sangre. El rojo, a veces se tiñe de negro, pero sólo es un tinte, y, como tal, algo ocasional. Quien quiere rojear, rojea, aunque a veces languidezca, en negro. El horizonte está para voltearlo, para avivarlo, como las brasas que se tornan grises pero conservan, por mucho, mucho tiempo, el alma roja que esconden, aunque sea en un rinconcito escondido del horizonte. Estoy por los colores y por su intensidad. Abrazo muy, muy azul, hoy, Laura.
ResponderEliminar¡ Toma ya!. pedazo de poemay de poeta. Felicidades. Me he quedado como una peonza. Un abrazo
ResponderEliminarVaya latigazo Laura!!! Cuanta luz va a explotar como una supernova el dia que terminen de escurrirse por tu figura la negrura de todo lo rojo
ResponderEliminary la rojura de todo lo negro
Siempre es un placer asomar por aquí.
besos
Querida Laura:
ResponderEliminarCon los pelo como escarpias me dejas tras la lectura de este poema. Nunca pensé que en tan pocos verso se podía transmitir tanta amargura.
La imaginación te ha funcionado al más alto nivel porque después de conocerte y leerte, no nos engañas a ninguno.
Un beso.
Cierto, Ybris. Pero, al menos, nos queda la voluntad de voltearlo. A veces, hay que volver del revés lo andado y conjugarse en rojo si es necesario.
ResponderEliminarBesos, siempre de tu lectura brotan besos.
Laura
Gracias, José Antonio. Sé que no es tu tipo ideal de poesía. Quizás algo hermética. Pero las imágenes, las metáforas resuelven al final en el apetito del lector. Imagino que de eso se trata, al final.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Perfecto: me alegro que comentes la fotografía. El poema está hecho sobre ella. Ha sido un deliz del inconsciente que necesitaba aflorar. La imagen fue el detonante.
ResponderEliminarPor cierto, por aquí también lo dicen... :o)
Besos.
Laura
Jose, :o) es que la primavera, pese a lo idílico, es un poco puñetera. Se le da bien eso de voltear horizontes y de hacer retruécanos...
ResponderEliminarBesos.
Laura
Marian, gracias por leer. Gracias. Sabes que me alegra verte aquí.
ResponderEliminarUn besote.
Laura
Fernando y su bola de cristal. Soy transparente para ti. Está claro que percibes cada punto de lo que escribo con una nitidez increíble.
ResponderEliminarTendríamos que hablar sobre esto. Sobre la percepción exacta. Es muy difícil que se dé.
Un beso enorme y gracias por tu comentario sobre el recital. No hay problema, algún día coincideremos, ya verás.
Laura
Luisa, tu comentario es una maravilla. Deshuesas el poema.
ResponderEliminar:o) Otra vez, el surrealismo. Floto cuando se percibe.
Besos.
Laura
Azul, los colores son magníficos para usarlos como metáforas. Más allá del concepto, cobran un valor semántico muy potente. Tú, azul... Yo, rojo... No lo sé bien. Seguramente variamos de color según la ocasión. En este caso el negro es el corazón de la amapola. La imagen es la de la amapola. La flor fugaz, aislada, que vive en la intemperie y en la fragilidad. Maldito viento.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Milagros, gracias por el piropo y por la interjección. Espontánea y, por eso, mi gratitud.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Hola Carlos. Estamos algo desconectados últimamente. Me encanta verte. Y me encanta eso de escurrir los colores de forma invertida.
ResponderEliminar¿Será cierto? En el fondo el poema también habla de invertir.
Un beso.
Laura
Terly, el corazón, a veces, se vuelve negro. Me alegra haber transmitido. Es una terapia el expresarse y comunicarse.
ResponderEliminarUn beso grande.
Laura
camino a camino, yo creo que lo que deseo para ti más que todas las cosas es la libertad, la completa libertad
ResponderEliminary un beso
Paso para comunicarte que hoy acaba de publicarse en mi blog -está progrmado-, tu texto...
ResponderEliminar* mayo 21, 2010. Receta... (+ Laura Gómez Recas)
Publicado por Laura Gómez Recas en 21.4.10 en su blog Hortus Liber lauragomezrecas.blogspot.com/ (...)
... y me encuentro, de inmediato, a Ybris replicándote en poesía a tu propia poema.
Ambos geniales. Besicos: PAQUITA
Acabo de regresar y me encuentro con esta joya.
ResponderEliminar"Hoy no quiero ser lluvia de ultramar
ni lagrimal de amapola.
Solo pétalo translúcido
de un color que languidece
bajo el entumecimiento de la ira.
Quiero conjugar el rojo en futuro perfecto,
en primera persona escarlata y singular.
Quiero rojear sobre el talud de la palabra."
¡Cuánta belleza, Laura!
A pesar de los pesares, al fondo siempre brilla la luz.
Un beso y un fuerte abrazo
Gracias, Caminante. Por el eco... :o)
ResponderEliminarUn besazo,
Laura
Un beso, Noray. Sin lágrima.
ResponderEliminarel sinfin de las amazonas van fluyendo en cada rincon de nuestro pensamiento, como tu poema
ResponderEliminarbusca y lo encontraras
siente y aspiraras aquello que sentiste
besos
Volteo el horizonte...cuando te leo.
ResponderEliminarBeso.
Hola, MilThon, bienvenido. En la búsqueda, la espuela y el desaliento. Lo importante, es que sea y no desista.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
:o)
ResponderEliminar... y yo sonrío...
Gracias, Juanra.
A pesar de todo el colorido del poema y del surrealismo que dibujan sus versos se percibe perfectamente un gran pozo de amargura de tristeza. El negro instalado en el corazón no consigue anular la luz y la alegría que brotan del rojo porque en tí siempre está el deseo de ser escarlata y de asirte con fuerza a la esperanza. Es una lucha, con frecuencia, muy dura pero... merece la pena.
ResponderEliminarMe gusta verte en primera persoana de escarlata y tan singular.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Ana, qué bien me entiendes. El pozo existe en el poema. Formas de decir... hay muchas, pero la que nos une es especial.
ResponderEliminarSomos escarlatas, Ana, y singulares. Gracias, de verdad.
Laura