Queridos monstruos
que hablasteis con los grillos que habitaron mis sueños:
Vivo hilando una noche por ser, junto a la jungla,
la parte de lo oscuro.
Lo armónico de este mar no es sino el vil pronóstico
de aleatorio giro en el ara de la sangre
que coagula el tiempo
cuando me muerde.
Entre dos cruces,
destrenzo mis cabellos, desdoblo las costillas
y percibo el aliento del mal cerca de mí.
Adherida a la piel
la opacidad,
soy la sierva en rotación y pago en la tragedia
la mordida de la luna
al señor del abandono.
Laura Gómez Recas
Fotografía: "Mercurial", Brandan
hay soledad, laura, en esto, y dolor, y llega
ResponderEliminarUn poema muy apropiado para leer a estasaltas horas de la madrugada, Laura, con un final algo tétrico pero muy bello. Gracias por tus versos.
ResponderEliminarSantiago, hay dolor, soledad y miedo. Los monstruos suelen colarse en los sueños y tornarlos en pesadillas.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Gracias, Marcos. Espero no interferir en tus sueños. Que sean bellos.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Monstruos que transforman los sueños en pesadillas, la claridad en oscuridad, lo armónico en desafinado, el beso en mordisco.
ResponderEliminarLa amenaza es presencia palpable.
No sé si la resignación de pagar tributo a los monstruos es lo mejor, pero a veces es lo único posible.
Besos.
Mucha pesadumbre y resignación. Toca la fibra y eso es lo importante, que el que lea no se quede impasible. Los 3 últimos versos, perfectos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bravop laura, por convertir rn poesía el oscuro monstruo que habita en nuestros jardines y en nuestros más profundos laberintos.un besazo
ResponderEliminarYbris, visto como lo ves... es una nueva forma de verlo para mí. Quizás esté pagando el tributo de la forma que menos sospechaba. El poema es un acto reflejo sobre la opacidad que, a veces, nos desborda casi sin darnos cuenta, como si fuera en los sueños. Cuando, en realidad, es en lo real donde pagamos la cuota.
ResponderEliminarJosé Antonio, me alegra que te haya tocado la fibra... eso es bueno. Sí.
ResponderEliminarLos últimos versos (los dos últimos) son octosílabos. Los que suenan más musicales. Vuelco alejandrinos con los de cinco y los de siete. Es un juego extraño que no sabía cómo iba a salir.
Besos.
Marisa, gracias por tu ovación. No sé si la merezco.
ResponderEliminarUn beso, grande.
Laura
Quien es capaz de reconocer y plantarle cara a los monstruos de esa manera se sabe seguro ganador en esa eterna lucha.
ResponderEliminar¡Es una gozada aprender contigo!
Un beso desde El Teide.
¿Tú crees,Noray?
ResponderEliminar¡No me puedo creer que estés en El Teide! Por lo menos, cerca... Échale una mirada de asombro de mi parte. Siempre que voy allí, lo hago, es inevitable.
Besos.
Laura
Estoy de acuerdo con Noray: quien es capaz de hablar así, de esa forma tan desgarradora, de esos monstruos, es capaz de exorcizarlos. Mucha fuerza y muchos abrazos, si son los tuyos, para ahuyentarlos y que vuelvan las luciérnagas y las libélulas. Abrazo azul
ResponderEliminar¿Me quieres explicar, Laura, por qué me he dejado este poema sin comentar? ¡Flagélome por ello! Cargado de imágenes y metáforas, y abundando, quizá, en esa poesía algo hermética que tan bellamente muestras, hay en él todo un mundo a caballo entre lo onírico y los cuentos infantiles, nombrado, eso sí, con voz adulta y libre, que sabe conjurar las peores pesadillas.
ResponderEliminarUn abrazo.
La mordida de la luna... Genial, mi querida Laura.
ResponderEliminarBesos
Marian
Azul, gracias por tu opinión y por tu fiel lectura. Brindemos por las libélulas azules. Son las más hermosas.
ResponderEliminarLaura
Celebro que te guste, Antonio. Pero no te flageles... :o) Lo onírico y el mundo del sueño, de la pesadilla están presentes en el poema, es cierto. Anudar la esencia al juego del lenguaje, casi sin querer, es quizás lo que me hace hermética. No sé si es bueno o malo, pero lo hago sin pensar, es natural.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
:o) Coincido contigo, Marian, en que la mordida de la luna es una imagen con mucha fuerza. Quizás fue lo que más me gustó del poema.
ResponderEliminarBesos.
Laura
No creo, Laura, que se pueda definir como "bueno" o "malo" en sí mismo 'lo hermético' o 'lo transparente' en Poesía. Como tú dices, la Poesía fluye natural, aunque luego exija una tarea de pulimientos y barnices: "la dificil sencillez", que decía Juan Ramón. Aunque yo, también de manera natural, soy más de una poesía "clara" (eso pienso) no desdeño por eso otras formas más "oscuras" con las que disfruto como lector. Sigue así.
ResponderEliminarUn abrazo.
tus imágenes dejan huella...creeme
ResponderEliminarGracias, Roberto, por haber dejado la tuya a lo largo de mi blog.
ResponderEliminarBesos.
Laura