desde el cayado de la aorta.
Brota el corazón a dos
sobre el brocal de la urgencia,
vuela de síntoma terco
como paloma
que agita el polvo en la arena
o sacude el sonido del aire.
Brota seguro
del augurio del ventrículo
y leva el pecho y repuebla
el cayado de la aorta
y el verso de la carótida
a su paso por mi cuello,
sostén de la cadena que lo amarra.
Me sabe incauta y esclava...
Acumula la insurgencia
en calabozo de sangre.
Derrama el brote en mi gleba.
Cruza la tierra con sed de cuerpo,
de rojo invade la anchura humana
y desuella mis perfiles,
del alma,
en carne viva.
Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan
A Paloma Corrales
Seguro que le encanta a Paloma.
ResponderEliminarSuena musical el bordoneo de octosílabos y su ocasional extensión a decasílabos, adecuadamente contrapesados con versos libres.
Pero, sobre todo, suena bellamente la terquedad, como zureo de paloma, del latido del corazón sincronizado a duo en un brote que surte como de pozo.
O desborda la insurgencia del calabozo de sangre...
hasta que explota:
"...de rojo invade la anchura humana
y desuella mis perfiles,
del alma,
en carne viva."
Bello, sentido y expresivo, Laura.
Besos.
Sigo desde hace tiempo a Paloma y es un placer leer este poema maravilloso dedicado a ella, que es una poeta de los pies a la cabeza.
ResponderEliminarPrecioso homenaje de una maestra como tú.
Un abrazo.
Son tus versos los que brotan para clavarse en el mismo centro, sin rodeos, como en un abrazo sincero con el latido de la sangre y de lo auténtico. Me desordena y me fascina tu voz poética hasta romperme, Laura, si no existieras tendría que inventarte, y sabes que lo digo de veras.
ResponderEliminarNo sé expresar mi agradecimiento, salvo por un exceso de emoción que inunda mi pecho; gracias, muchas gracias desde lo más profundo y visceral, es ahí donde te siento.
Un beso, poeta.
Ps. es bellísimo, aunque tendré que intentar leerlo sin el velo de las lágrimas.
Como dice Ybris, suena muy bien. Colosal este poema, Laura; musical, rítmico y pasional se muestra tu verso en carne viva.
ResponderEliminarDe poeta, el corazón se hace versos con alas que planeando sobre poeta arroja todo el afecto de unos versos inconmensurables.
ResponderEliminarFelicidades a ambas, a ti, Laura por esas musas
a las que debes cuidar muy bien porque nunca te abandonan y a ti Paloma por ser la inspiradora de tan bellos versos.
Un beso a cada una.
Estupendo poema, Laura, es la primera vez que paso por tu Blog, pero no será la última.
ResponderEliminarConociendo la poesía de Paloma, su alma de poeta en carne viva, creo que se merezca un poema tan bello y bien escrito como este.
Enhorabuena para las dos y también infinitos abrazos.
Leo
Creo que es el poema más bello que te he leído, aunque eso es difícil saberlo porque todos me parece de rebosante sensibilidad y factura perfecta. Si a mí me has emocionado, me imagino que a Paloma la habrás hecho llorar.
ResponderEliminarUn beso.
Me faltan palabras para decir la belleza que exprime este poema, la fuerza que me arrasa desde estos versos. Así que dejaré un silencio admirativo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ybris, es una maravilla ver cómo desmenuzas los poemas. Todo sensibilidad. No lo podría haber explicado mejor: el latido del corazón, sincronizado a dúo.
ResponderEliminarGracias por leerme... de verdad. Para mí es un honor y un orgullo que me leas.
Un beso dulce,
Laura
Normalmente ante cosas tan bellas me quedo muda, pero es que además está dedicado a mi muy querida Paloma a la que adoro.
ResponderEliminarNo te conocía (error mío de los gordos) pero lo subsano desde ya.
Un montón de besicos para ti
Un lujo de los gordos leerte ;)
Anabel, coincidimos. Paloma escribe como los ángeles, con la terquedad del vuelo de las palomas. Me encanta su poesía. Pero creo que me gusta más como persona, si es posible.
ResponderEliminarGracias por venir a dejar tu huella.
Un beso.
Laura
Paloma, me alegra que te gustara. Sabes que está escrito desde ahí mismo, desde donde te digo en la dedicatoria.
ResponderEliminarEl cayado de la aorta es la curva que describe la arteria cuando sale del corazón y que la encamina hacia su sentido natural. Es el lugar donde la sangre recién impulsada se redirige a donde tiene que ir. Porque sé que es así, ese lugar de viraje... tenía que existir.
El poema es casi premonitorio.
Un beso y gracias por compartirlo con tus lectores.
Laura
¡Gracias, Terly! Me quedo con el mío. Con mi beso. Y te mando otro.
ResponderEliminarLaura
Marcos, ¡te había saltado!
ResponderEliminarGracias por seguir aquí. Es de carne en carne viva. Sí. Es de corazón, eso te lo aseguro. A veces, pasan estas cosas maravillosas.
Besos.
laura
Leonel, muchísimas gracias por haber entrado aquí. Si lees a Paloma, te gusta lo bueno. Y es un placer que te haya gustado este poema.
ResponderEliminarBienvenido.
Un abrazo.
Laura
Noray, ¡glub! Gracias, amigo mío. Eres un sol que alumbra, siempre. Gracias.
ResponderEliminarLaura
Amadeus, hacía mucho que no nos veíamos por aquí ni por allí. Te he visto en el blog de Paloma. Me encanta que te haya gustado. Te tengo un especial cariño, ¿recuerdas? Tú fuiste el primero que 'repentizó' sobre un poema mío. Y eso me hizo mucha ilusión.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Mil gracias, Luisa, por entrar y por tus palabras sobre lo que aquí se escribe; en cuanto a lo que escribe Paloma, estamos totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Laura, bellísima e insuperable lección de Anatomía de la Amistad. El poema todo es el recorrido de un latido vital hasta su entrega final en el corazón amigo a quien va dirigido. Admiro a Paloma y este es un digno y merecido tributo a ella, de tu parte. Dice mucho de ti, como artista y como persona. Me quedo a seguirte sin no tienes inconvenientes y te incluyo desde ahora en mi Lista de Blogs. Un gran abrazo desde mi Isla virtual.
ResponderEliminarLlego desde el blog de Paloma.
ResponderEliminarCreo que la descripción es tal y como se la ve en sus poemas, con un tino fuera de lo habitual.
Tiene este poema la misma fuerza que ella derrocha en los suyos.
Abrazos.
Comulgo de nuevo esas imágenes amorosas limítrofes y esas palabras: calabozo, cadena, cuello, esclavitud, sangre, desuella, carne viva..todas polisémicas, que sabiamente administras en el poema, para "hacernoslo pasar por el cuerpo".
ResponderEliminarEsta vez además un poema lleno de metáforas corporales, viscerales, sanguíneas. Me entusiasma ese cayado (que recuerda lo "callado") de la aorta y esas carótidas...
Me encanta ese repaso que haces al léxico, Gonzalo. Como dijo Teodoro Rubio cuando presentó mi recital de mayo, a veces, se pueden masticar los órganos y la sangre en mi poesía.
ResponderEliminarPor cierto, lo del cayado de la aorta no es una metáfora, es un término de anatomía. La aorta inicia una ascensión desde el corazón y luego hace una pronuncida curva, como la de un cayado, para iniciar un recorrido inverso. Es una rectificación absolutamente gloriosa. Que en este poema tiene un sentido muy especial.
Un besazo, que te los mereces todos.
Laura
Estoy totalmente de acuerdo con Gonzalo.
ResponderEliminarEs hermoso tu poema, quién fuera Laura, para sentir el palpitar de esas sangres, y oler, y notar el palpitar....
Un beso.
Silvia