Tu boca,
en el cenit del latido,
surca el espacio
que abren mis palabras al amar.
Cautiva del segundo,
torna en acto primitivo
la locuacidad de tu silencio.
Perfecta anémona
en la voraz sincronía de mis labios.
Laura Gómez Recas
Fotografía, de Brandan
Espacio abierto por palabras al amar, de una parte.
ResponderEliminarSilencio sonoro, de la otra.
Sincronía de los dos.
La imagen poderosa de los dos últimos versos es perfecta.
Besos, Laura.
Vaya, muy sugerente.
ResponderEliminarMe encanta la imagen del cenit de un latido.
Los dos últimos versos bordan el poema.
Muy bonito, Laura.
Terminas voraz, em la voracidad de las palabras, con el ansia de seguir leyendo.
ResponderEliminarBesitos, Laura.
Ese “cenit del latido” retrata el instante y lo prioriza importante, casi vital.
ResponderEliminarBesos y margaritas.
"Perfecta anémona
ResponderEliminaren la voraz sincronía de mis labios."
Maravilloso beso hecho poesía.
Que gusto leerte.
Saludos.
Leo
Tan elegante y magnífica como siempre, Laurita.
ResponderEliminarTe admiro profundamente.
Un abrazo.
Breve, intenso, sensual y con un final que me encandila. Da gusto leerte.
ResponderEliminarUn beso que te llegue al corazón
Ana
Salvaje, primitivo y animal este poema-pasión por una boca. Muy carnal y erótico. Estupendo.
ResponderEliminarEl poema todo es un acto de enamorada, emotiva belleza, pero el último verso:
ResponderEliminar"Perfecta anémona
en la voraz sincronía de mis labios."
es un triunfo absoluto y una revelación indiscutible de la más depurada creación poética. Abrazos, Laura.
Me encanta esa locuacidad del silencio...Es perfecta.Mil besos, corazón.
ResponderEliminarYbris, ¡bien! que te hayas fijado en esa contraposición entre el espacio que abren las palabras, al amar, de uno, y el silencio locuaz, del otro.
ResponderEliminarJara y yo estamos encantadas contigo, que lo sepas!!
Laura
José Antonio, gracias por tu lectura, como siempre.
ResponderEliminarUn besazo.
Laura
Hola, Jesús. Voracidad en la sincronía del movimiento.
ResponderEliminarLo paré ahí. Creo que estaba todo dicho, descrito el acto justo del beso. Pero me alegra tu hambre de más. :o)
Un beso.
Laura
Paloma, puede que tengas razón. Que el cenit de ese latido sea la puntada sobre la que se eleva todo lo demás. El punto justo en donde nace el beso.
ResponderEliminarUn beso
Laura
Leonel, gracias por volver sobre este blog. Me alegra que te guste esto que escribo. Ya sabes, lo intentamos, en ello estamos porque así nos sale, así nos expresamos.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Gracias, Laura. Siempre me da un escalofrío cuando te siento por aquí... Me siento muy responsable ante tus palabras de las que no sé si soy digna. De verdad.
ResponderEliminarTe mando un beso, Laura. Y mis ganas de charlar que se me quedaron dentro. Ya lo entenderás.
Laura
Ana!! Siempre me llegan... :o)
ResponderEliminarGracias por entrar y leer.
Besos.
Laura
Marcos, poema-pasión... me encanta. Carnal... me gusta... Gracias.
ResponderEliminarBeso.
Laura
Pedro, mil gracias por tu comentario y otras mil por tu opinión del poema. Uno siempre valora el criterio ajeno más que el propio.
ResponderEliminarMe halaga lo que me dices de los últimos versos.
Y gracias, de nuevo, por entrar, así he podido descubrir tu espacio.
Un beso, que viajará a través de medio mundo.
Laura
Marisa... :o) los silencios locuaces son mejores que las palabras, ¿verdad?
ResponderEliminarBesos.
Laura
la palabra te ama, Laura, y siempre será armonizada por la voraz sincronía de tus labios, me ha encatado este poema.
ResponderEliminarUn abrazo
marian
Me encanta que te encante, Marian.
ResponderEliminarBeso.
Laura
Cuanta belleza contenida en tus palabras, boca-milagro...
ResponderEliminarBesos, Laura, que tengas un bonito amanecer y mejor día
Mayde, gracias por dejar tu huella y por encontrar el milagro entre estos versos.
ResponderEliminarUn beso.
Laura