No quisiera volver al suelo
a lamer la silueta de unos pasos...
Debiera erguirme mujer,
desde ahora hasta que nadie me recuerde.
Mujer de cántaro y de navaja,
mujer de semilla, de lumbre...
de pétalo
en el rojo asumido por los otros.
Ya va siendo tarde
y la navegación se hace lenta...
¡Que no siegan espigas mis ojos,
que tan sólo quieren ser del sol
el nido amante que le dé forma!
Laura Gómez Recas
Precioso y delicado. Musical y suave...Poesía pura que sale del alma...Besos.
ResponderEliminarCascada de metáforas: la transformación delicada.
ResponderEliminarHermoso, querida Laura
Debieras no, Laura, te yergues mujer y poeta.
ResponderEliminarBesazo.
me encantó Laura, es tierno y desolador al mismo tiempo... besos!!!
ResponderEliminarLaura: caer, lamer pasos, volver a levantarse y volver a lamer otros pasos... eso es ser mujer, con sensibilidad, sin miedos, con ganas de vivir... eso es también ser mujer de navaja y de semilla; desde la altura no se lamen pasos porque no se alcanzan a ver.
ResponderEliminarUn besazo,encanto.
Una reivindicación increible de lo femenino. Me ha encantdo leerte. Te mando un abrazo fuerte poeta.
ResponderEliminarNítidas imágenes para un poema lleno de armonía en la forma e inquietudes en el fondo.
ResponderEliminarBesos
Poema en jarras, con la decisión derramada en el conjunto.
ResponderEliminarBesísimos
Marian
Ya te has erguido mujer y poeta. Difícil será no recordarte.
ResponderEliminarUn beso.
Un nido trenzado verso a verso.
ResponderEliminarExquisito.
Abrazos.