Bruñida
es la línea que circunvala a Dione,
redondez ingente y congelada.
Contiene lo compacto de tu aliento,
el suspiro de la dolencia antigua,
lo que pierdes al quebrar la luz
y reinventar el día.
La densidad labra mi nombre,
regularmente conjugado por tu boca,
inquieta mácula en tu cráter.
Por eso, sé del fuego en la almenara,
de las dunas, de la espuma de la orilla
y de las alas.
Tibieza y nido solitario.
Helada.
La unción de lo eterno
se cuida del minuto lacerante.
Inmóvil.
La plétora se endiosa
en la pupila verde en pleamar.
Respiro...
Aspiro y espiro fuera,
dentro de ti.
Laura Gómez Recas
Por eso sabes derimirte en la palabra
ResponderEliminary respiras desde dentro para que vuele la palabra.
"Contiene lo compacto de tu aliento,
el suspiro de la dolencia antigua,
lo que pierdes al quebrar la luz
y reinventar el día."
Una belleza...
Perdona mi falta de tiempo.
Pero te leo y me admiro en tí.
Un beso
Leni, date por besada y abrazada. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarYo tengo problemas con tu blog. Por eso no me ves mucho. Pero de lo que me he dado cuenta es de que has evolucionado vertiginosamente.
Tengo ganas de verte en Poetas de Hoy.
Laura
Sí. Hay lunas heladas y distantes.
ResponderEliminarEn ellas dejamos nuestro frío y nuestros mejores momentos de quietud y aliento.
Al final volvemos más plenos al fuego, al paisaje, al mar y al vuelo.
Eso tiene saber mirar a la distancia.
Besos.
Pues que lejos te ha llevado la inspiración hoy.
ResponderEliminarBesos
Áspero y frío, con un final muy atrayente.
ResponderEliminarFelicidades por el poema, que es muy bonito.
Me gusta mucho cómo va cambiando de ritmo a medida que llegamos al final del poema. Una preciosidad, Laura.
ResponderEliminarAy, me he quedado sin aire, sin aliento, inmóvil... belleza, como siempre.Te beso guapa, poeta, amiga...
ResponderEliminarGracias, Ybris. Buena lectura.
ResponderEliminarPor cierto. ¿Por qué no os apuntáis para Zaragoza? Estaría genial veros allí.
Un besote.
Laura
Athena. Lejos no. Muy lejos. Quizás demasiado lejos.
ResponderEliminarUn beso
Laura
Gracias José Antonio.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Hola Marcos. Sí. Se va haciendo pequeño, cada vez más helado hasta que respira. :o)
ResponderEliminarBesos.
Laura
Marisa, la inmovilidad es síntoma de congelación.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Para respirar una luna helada hay que ser muy especial, Laura, y conseguir que las palabras traspasen el cosmos...
ResponderEliminarBesos
Marian
Estupenda declaración de principios la del texto de la cabecera de tu blog, y... lee mis labios es-tu-pen-da no es una adjetivo del fruto de este protocolo bloggero no escrito, realmente me parece una de las invitaciones a 'lo íntimo' más bonitas que he leído.... y... por otro lado profundamente evocadora para mi la imagen de Dione y lo que supone de mundo perdido, frío, lejano y bañado en ese majestuoso fluido de silencios grises ajenos a todo y a todos.... he leído varias veces tu texto y saboreado hasta el punto de poner un pequeño escalofrío sobre la piel, el valor del contraste perfecto...
ResponderEliminarGracias.
Marián, ¿de verdad lo crees? No estoy segura. Quizás no haya nada de especial en el hielo y por eso es hielo. O, quizás guarezca lo eterno...
ResponderEliminarUn beso,
Laura
Ave Mundi, muchas gracias por tus palabras. Me alegro de que te hayas fijado en la cabecera. Es mi saludo. Para entrar aquí hay que entrar algo desnudo.
ResponderEliminarUn placer tu visita. Voy a verte.
Besos.
Laura
Es todo tan bonito en tu blog, los poemas y los comentarios de la gente que da reparo escribirte algo por miedo a no estar a la altura :>. Hacía tiempo que no tenía tiempo para meterme y leer tus poemas, me alegro de haberlo encontrado! me encanta. Un besin grande. olaya
ResponderEliminar¡¡¡Olaya!!!
ResponderEliminarDe miedo nada. Me encanta ver que has pasado por aquí.
Muchas gracias. No sabes cuánto valoro que te guste.
Muáaaa... otro besín.
Laura