Olvida el mundo que estremece el alma y la aclimata a la soberbia y en el que la vanidad unge lo que somos piel adentro.
Ven y desnúdate, relaja el músculo de la pose y mira hacia dentro, hacia el derroche de luz que alumbra la única verdad que te sostiene.
En la propia brevedad del poema estalla el infinito, la sugerencia más allá de las palabras, y un ritmo, diría, "cósmico" que lo contiene y lo proyecta, trascendente. Enhorabuena.
¿Sequedad de la carlina? Imposible, porque tu carlina es angélica y contra ella no puede la sombra ni la amargura ni el desmembramiento del átomo. Un beso.
¡Noray! Buena apreciación. Dejan su paso claro en su entorno. Las carlinas... son extremas. La metáfora recae en la sequedad de su flor. Parecen secas, aunque estén frescas. Tienen un tono a muerte y a decadencia. Y eso en una flor es triste. No apetece probar su olor.
Fidel. Y yo con el griego en la trastienda. Tienes razón. Es un hito más sobre el que pararse. La palabra en la poesía es casi infinita... ¡es un gusto!
En la propia brevedad del poema estalla el infinito, la sugerencia más allá de las palabras, y un ritmo, diría, "cósmico" que lo contiene y lo proyecta, trascendente. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Parece que el poema ha pasado por un acelerador de partículas, queda la esencia.
ResponderEliminarMuy grata la lectura, abrazos.
Los espíritus libres detectan cuando llega el momento de decir adiós... y lo hacen sin titubear.
ResponderEliminarConcisos y certeros los versos que hoy nos dejas, Laura.
Perfectos.
¿Sequedad de la carlina? Imposible, porque tu carlina es angélica y contra ella no puede la sombra ni la amargura ni el desmembramiento del átomo. Un beso.
ResponderEliminarTú, nunca podrías decir simplemente adios...
ResponderEliminarEres igual de fragil y dulce escribiendo como en la realidad cotidiana.
Besotes
¡Otra belleza!
ResponderEliminarPrecisamente en las carlinas reside la supervivencia de muchas especies en los campos estivales.
Aunque dijeras definitivamente adiós, tú ya te habrías quedado.
Un beso
Esencia, pura esncia, nombre exacto, verdad y certeza.Un beso, reina.
ResponderEliminarUn adiós qeu, sin embargo, sugiere un eco inolvidable. Felicidades, Laura.
ResponderEliminarTodo fugaz,
ResponderEliminarmateria y aire.
Breve y poderoso.
Besos.
Antonio, me alegra tu visión trascendente de estos versos. Puede que esa fuera mi intención inicial.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
José Antonio, una vez más, gracias por tu visita y por tu apoyo. Un acelerador... sí. Es buena imagen :o)
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
¡Ay, Luisa! Ojalá el titubeo no se hayara dentro de mí. La escritura es un exorcismo muchas veces de lo que deseamos inconscientemente.
ResponderEliminarUn besazo.
Laura
Fernando... una vez más los mofletes se me sonrojan con tu comentario. ¿Y tu bolita de cristal?, esa sí que me da pavor.
ResponderEliminarGracias por el piropo. Como buena madrileña te miro de soslayo y te sonrío.
Laura
Gracias, Elena. Aunque creo que son dos cosillas a reformar. ¿no crees?
ResponderEliminarUn beso grande, grande...
Laura
¡Noray! Buena apreciación. Dejan su paso claro en su entorno. Las carlinas... son extremas. La metáfora recae en la sequedad de su flor. Parecen secas, aunque estén frescas. Tienen un tono a muerte y a decadencia. Y eso en una flor es triste. No apetece probar su olor.
ResponderEliminarUn besazo,
Laura
Gracias, Marisa. La certeza en decir en el verso... más que en la vida.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Un simple adios no, los adioses nunca son simples, tu poema breve y muy bello e intenso.
ResponderEliminarY bueno guapisima hasta el sábado.
Un besote.
Rocío
¡Gracias, Rocío! Sí. El sábado nos decimos todo lo contrario: "hola".
ResponderEliminarBesos, hasta entonces.
Laura
Leyendo el primer verso me ha venido a la cabeza un agujero negro.
ResponderEliminarBesos y hasta el sábado :o)
La esencialidad conentrada en versos... sí!
ResponderEliminarBesos
Marian
Lo curioso es que "sin" en griego signifique con. Porque a veces se está más presente tras la ausencia y el adiós que antes de él.
ResponderEliminarAtómico e inconmensurable adiós.
ResponderEliminarAthena, era la imagen precisa, el agujero negro que absorbe "materia".
ResponderEliminar¡Bingo!
Un beso.
Laura
Marian, gracias. Esencial eres tú...
ResponderEliminarBesos
Laura
Fidel. Y yo con el griego en la trastienda. Tienes razón. Es un hito más sobre el que pararse. La palabra en la poesía es casi infinita... ¡es un gusto!
ResponderEliminarUn abrazo.
Laura
Ángel, bienvenido. Es un placer contarte aquí. Gracias por tu lectura y por dejar tu huella.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura
Gracias a ti por tus palabras, Laura. Es un honor estar en tu lista de blogs. Hace rato ya estás en la mía. Un abrazo.
ResponderEliminarBesos, Ángel. El honor es mío. Me ha encantado.
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