Como desbrozo del sendero en el que avanzo,
he despegado con los dedos nebulosas
que desprendieron calor en el frontis de mi cuello
cuando tu boca anheló ser de mi carne el cuchillo
y tus dientes silenciaron la fiereza con caricias.
Ahora, la serpiente envuelve el tallo
que sostiene la fronda genital que nos domina
y tu voz se perpetúa, anida en verso,
contorsiona la piel con aspereza de canela
y sobrevuela, como ventisca,
hacia tu cuerpo expuesta mi llanura,
de eritema enferma bajo tu incandescencia;
pues en la grieta que abastece el rompeolas
se agolpan los pulsos de mi sangre
cuando tus ojos se desperdigan en mi pecho
y siento el verso como látigo perdido
en golpe de irritante adversidad.
Entre las ramas de tus brazos
se desvanece todo viento,
bajo tu peso me percibo hembra,
solitaria en la tierra que prometes,
única mujer, alimentando tu boca
desde el púlpito adherido a mi nave,
de carnal vigor desbaratada
por el roce viril de tu embestida.
Herida en el tránsito a la crujía
que mis manos adoran de ti,
me estrecho sin definir distancias,
inerte bajo tu beso.
Salvaje, tu dogma sostiene la mirada
y me esclaviza
con nudos en agua encadenados
sobre el alimento que me soy...
y que devoras.
Laura Gómez Recas
Imagen: "Desnudo", Clara Tengonoff¨
cuando tu boca anheló ser de mi carne el cuchillo
ResponderEliminary tus dientes silenciaron la fiereza con caricias.
!Qué poemazooooooo!!
Besossssssssss
¡Gracias, Mónica! En cinco minutos, publicado por mí, leído por ti, con un océano entre las dos. Ha sido como recitártelo al oído. La magia de la red.
ResponderEliminarUn beso, enorme.
Laura
Uauuuu, un poco fuerte pero hermoso.
ResponderEliminarSaludos afectuosos.
Leonor
Lleno de ritmo, descriptivo y sugerente.
ResponderEliminarMe gusta.
Besos.
Vaya poema cargado de erotismo, y tan sutil y delicado a la vez. Me da cierta envidia (sana) porque nunca se me ha dado bien esa temática. Enhorabuena y un saludico!
ResponderEliminarHola, Leo. Feliz por tu lectura. ¿Fuerte? Bueno... los hay más fuertes... siempre los hay más...
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Ybris, si te ha gustado: bien. Satisfecha.
ResponderEliminarUn placer tenerte aquí. Ya lo sabes.
Un beso
Laura
Elisa, tienes razón. Parece que el tema sensual o semi-erótico no es un tema con el que pueda todo el mundo. Pero te insto a intentarlo. Dejar volar la piel sobre el poema... y ya...
ResponderEliminarUn beso
Laura
Sigo deslizándome por tus poemas, cada palabra lleva a un final que vuelve a comenzar. Mano firme, beso suave, entras y sales del dolor con tu toque erótico! tan bello ¡ sigue , sigue , poeta que necesitamos tus versos, tus poemas.
ResponderEliminarRebeca
Como Saturno. Latigazos espléndidos.
ResponderEliminarLa verdad es que es muy sugerente y las imágenes están muy logradas. Como muestra:
ResponderEliminar"pues en la grieta que abastece el rompeolas
se agolpan los pulsos de mi sangre".
La penúltima estrofa es la más directa y en este tipo de poesía, sabes que queda muy bien esa mezcla de sugerencia y acción directa.
Un placer.
Ayer lo oí y hoy he podido degustarlo.tene muy buenas imágenes, yo diría más sensuales que sexuales.
ResponderEliminarYa sabes mis manías, hay un verso que me suena muy monótono por su rima interna asonante:
"de eritema enferma bajo tu incandescencia"
el verso anterior y el posterior ya llevan una palabra cada uno con esa rima "expuesta" y "grieta" Bueno, no me hagas mucho caso, si a ti te suena bien. Sigue escribiendo así. Nos vemos el miércoles. Bssssssss.
Vaya fuerza brutal y erótica que tiene el poema. Juego con ventaja al conocer el cuadro y la pintora, pero... ¿el poema lo tenías ya de antes o es nuevo?
ResponderEliminarBesotes
Bello poema. Abrazos
ResponderEliminarTus versos dejan algo en la piel...
ResponderEliminarUn Beso
Rebeca, tu manera de sentir es muy cercana a la mía. Tu forma de leerme me lo dice. Mil gracias por estar entre mis letras y en mi vida.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Jose, ¡no sé si lo creerás! Pero si el poema no estuviera ligado al cuadro de Clara, hubiera puesto una imagen de Saturno. ¡Vaya, vaya!
ResponderEliminarBesos.
Laura
Ana... :o) Bien!! Me encanta esto. Tienes toda la razón del mundo. Tras-tras-tras. Esos versos suenan al cerrojo cuando se abre. Lo intenté arreglar, pero no pude sin renunciar a esas palabras. De todas formas, es tan nuevo que sufrirá desgarros... De hecho el que leí ayer parece el mismo, pero no. Anoche lo modifiqué varias veces antes de publicarlo.
ResponderEliminarSoy osada al publicar algo tan reciente. No olvido el apunte.
Un besazo.
Laura
Ángeles, el poema es del viernes. Recién salido del horno ¡! Le hice uno a este cuadro en mayo; pero no me acababa de gustar. Éste es una mezcla fuera de tiempo y lugar y el catalizador es el cuadro de Clara. Uno siente, mira el cuadro, se identifica y... escribe.
ResponderEliminarUn besazo,
Laura
José Antonio, te he saltado sin querer. Me alegra que le hayas tomado el pulso así. La sensualidad es una mezcla de ambas cosas.
ResponderEliminarY me alegra que hayas reseñado esa imagen, la de la grieta. Es una de las que más me gustan del poema.
Un beso.
Laura
Milagros, mil gracias y mil besos.
ResponderEliminarLaura
Gracias, Edu... ¿has encontrado politika en él? :o) ¿Cómo gestionar una polis ardiente?
ResponderEliminarEs un guiño... recógelo.
Laura
Bello poema... el uso de esas imágenes fuertes, que sugieren, sin explicitar, de manera muy sensible, conceptos casi trangresores en la relación amorosa... No me pasan desapercibidos (látigo, eritema, golpe, esclavitud, cadena...) me sugieren imágenes irracionales de una entrega amorosa poco comun. Precioso poema
ResponderEliminarGracias por tu lectura inteligente, Gonzalo. Es cierto que el poema arrastra imágenes externas al gozo amoroso. Porque no es, como el cuadro, simple ese gozo; sino más bien tormentoso. La primera estrofa tiene la clave más evidente. Es una negación.
ResponderEliminarUn beso
Laura
Sigues en tu labor de removernos las más profundas aguas, es un Gran Poema Laura.
ResponderEliminar...Porque no es, como el cuadro, simple ese gozo; sino más bien tormentoso. La primera estrofa tiene la clave más evidente. Es una negación...Me gusta.
Beso.
Sólo el título ya me conmueve.
ResponderEliminarEs, sin duda, un poema exquisitamente erótico. La segunda estrofa me parece tan inmensa y tan intensa que es por sí misma un poema entero.
Ya lo sabes, es una gozada leerte.
Un beso.
Hola, Juanra. Eso que digo sobre la primera estrofa es una clave. Puede que esté encriptado porque es un poema hecho de retales, pero el fondo es agridulce.
ResponderEliminarGracias por lo de "removernos" :o) Eso es sólo dulce.
Un besazo.
Laura
Noray, tú por aquí con el látigo y yo, al mismo tiempo casi, por tus jacintos. Tengo tu página abierta... y, como siempre, me estoy peleando con ella. No me deja comentar muchas veces.
ResponderEliminarUn abrazo simultáneo y un beso adormecido.
Laura
Me quedo con las dos últimas estrofas, tal vez más explícitas, que las primeras y con un toque también indómito pero menos salvaje. Esas sierpes y cuchillos... me dan grima. Prefiero las dentelladas del final: la pasión pero sin más instrumento que el propio cuerpo enardecido. Un abrazo.
ResponderEliminarIntensísimo, como el óleo...
ResponderEliminarSiempre se me han atragantado las formas poéticas. Culpa mía, reconozco, no de ellas.
ResponderEliminarSin embargo ante determinados poemas, uno tiene que verse felizmente rendido. Como ante éste.
Un saludo.
Azul, creo que es demasiado tremendista al principio. Puede ser. La pasión puede serlo en ocasiones. Y las imágenes que la transmiten endurecen la dulzura del juego amoroso.
ResponderEliminarEs lo que tiene... una de cal y otra de arena...
Un beso
Laura
Gracias, Ángel. Los óleos de Clara son todos así: intensos. Muy intensos. Tengo su página al final del blog, en 'a-guebs para navegar', por si quieres echar un vistazo a lo que pinta.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
¡Vaya, Raúl! Eso que dices, para alguien que escribe, es más que un comentario positivo. Es un placer.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Sensualidad eroticotrágica...
ResponderEliminarUn beso.
Sí, Carlos. Algo de trágico se mastica entre tanta sensualidad. Nunca es plena la felicidad... ¿o sí? Maldito inconformismo.
ResponderEliminarGracias por leerme, es un placer para mí.
Laura