Perfecto.
Dime perfecto,
y seré una llaga,
herida abierta,
sin luz, la herida,
con alma, con la tuya,
sin mi penumbra.
Rojez sobre el mapa
que abre.
De corazón oscuro
por tan poblado.
Y la fragilidad aguda,
como un alfiler
que quiebra,
punzante, la rompiente.
Perfecto.
Dime perfecto,
mientras me muero
de esta pequeña muerte.
Laura Gómez Recas
Es como una caída ardiente, visceral y palpitante; íntimo y precioso.
ResponderEliminarMe voy a dormir con un cigarro más (y no de vainilla), pero mereció la pena.
Buenas noches ;-)
Gracias, Paloma. Ya, buenos días. Me alegra que mereciera la pena.
ResponderEliminarBesos.
Laura
¡Fulminante!
ResponderEliminarBEsitos.
Precioso. ..."me muero de esta pequeña muerte".
ResponderEliminarHace poética, como lo es en realidad, la "perfecta entrega" .
Muchos aspiramos a esa entrega que merece el apelativo de perfecta (a experimentarla o a admirados presenciarla).
Tu poema es "perfecto".
"morirse en pequeñas muertes..."
ResponderEliminarVeo la flor, leo el poema, intuyo la pequeña muerte, y la perfección se siente en este poema.
Besos
Perfecto... sin duda.
ResponderEliminarDoloroso y bello, profundamente bello.
Sí, como dicen por ahí, es caída libre, Laura. Por eso me ha costado reconocerte en este poema. A ver, a ver: me refiero a que no parece tu estilo habitual, tú sueles hacer rizos por el aire mientras desciendes o asciendes; sueles pararte a respirar una flor que se te cruce, a fijarte en los detalles, incluso de las costuras de una tela que te envuelva.
ResponderEliminarSin embargo, en este poema incluso la longitud de los versos se me hacen cortos para tí. Claro que, como se suele decir ahora, somos poliédricos.
En todo caso, divino.
Un besote
Hola Laura!.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios. Impulsan mi espíritu a seguir buscando luces en la oscuridad.
Estos tus últimos poemas publicados...los veo,leo y se me acaban las palabras...
Un beso.
¡Imperfecto!
ResponderEliminar¡Claramente imperfecto!
¡POR FAVOR: NO TE MUERAS!
Un beso
contundente de principio a fin:
ResponderEliminardime perfecto y seré una herida mientras me muero de esta pequeña muerte...
te sales Laura
fuerte abrazo
.
Simplemente perfecto.
ResponderEliminarNo puedo evitar emocionarme cada vez que te leo.
Un beso y...
... por favor, no te mueras nunca.
¡Jesús! Un beso fulminante, cielete.
ResponderEliminarLaura
Gonzalo, trasciendes. Es genial que leas así. Profundizando.
ResponderEliminarLa perfecta entrega implica el saber cual es el momento de morir por ella. Se muere y se pasa página.
Me encantó tu apreciación.
Beso.
Laura
Gracias, Pato. La flor está relacionada de alguna manera. Por perfección y por connotación. Ella sí que es perfecta, hasta que la deshojamos.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Gracias, Ave, por ver la belleza.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Ángeles! Tienes razón. Trasciendo en la palabra, normalmente, más que en el contenido. Me ciño al tema y no lo exploro mucho más allá de la expresión. Por eso me enredo.
ResponderEliminarEsta vez, breve. Como un goteo. Porque así viví el sentimiento del que habla el poema. Una gota, otra... otra... y se agotó.
Besos enormes para mi chica favorita.
Laura
¡Hola, Carlos! Siempre me alegra verte por aquí... ya sé que no es lo tuyo comentar :o)
ResponderEliminarTú sugieres con tus fotografías. Y casi siempre no puedo contener el comentario. ¡Plof! Aparece... y lo dejo. El otro día estuve en un recital: poemas breves y una pieza musical inspirada en ellos. El músico partía de la sugerencia primera que le había aportado el poema. El primer golpe. Por eso te comento, porque me golpeas con tus fotografías en no se sabe qué lugar dentro de mí.
Besos.
Laura
:o) ¡Luis! Perfecto. No esperaba menos de ti.
ResponderEliminarPretendo tardar un poquito en morirme del todo, no te apures.
Un besazo.
Laura
Gracias, Alonso. Me encanta que te guste, que lo paladees. Tú me entiendes en esto de versificar.
ResponderEliminarBesosss grandes.
Laura
Dulce Noray... Gracias.
ResponderEliminarUn final muy oscuro y triste pero dentro de un poema muy bonuito a la vez que complejo. Un placer, Laura... como siempre.
ResponderEliminarTodo un goteo de versos. Como la flor de la foto, tan perfecta dentro de su fragilidad.
ResponderEliminarUn besoo.
Hola, Laura, perdida ando entre el ajetreo de la vida diaria y ¡cuántas cosas hermosas hace que me pierda esta falta de tiempo!.
ResponderEliminarLa foto me parece muy bien elegida,creo que una margarita es perfecta incluso cuando la deshojamos.
Me sumerjo en tu poema que me hace pensar en la de veces que lucho por apartarme de la fragilidad que tan imperfecta me hace sentir, y sin embargo, cada vez estoy más segura de que la verdadera hermosura radica en lo perfectamente imperfecto.
El poema se siente íntimo, cayendo como una cascada, suave pero a la vez penetrante.
El final, no sé si perfecto o imperfecto, pero una auténtica belleza
Un beso grande
Ana
Gracias, Marcos. Entrar en lo complejo a través de lo simple. Es, sin duda, el objetivo.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
José Antonio, gracias. La fotografía está ímplicita. Es la flor del sí/no. De la suerte o del destino... no se sabe bien qué perfección es esa que tanto nos duele tras el último pétalo.
ResponderEliminarBesos.
laura
Ana, te doy la razón. Y, una vez más, creo que coincidimos. Me temo que tú y yo nos movemos en las mismas coordenadas. La fragilidad. Me alegra que te hayas fijado en eso. El corazón del poema.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Decimos perfecto como si no quedase ya nada por perfeccionar, pero es una manera intensa de sentirnos heridos, frágiles, imperfectos.
ResponderEliminarNo puedo evitar el repetir despacio tu evocación del "corazón oscuro/ por tan poblado"
ni evocar la idea de "La Petite Mort" como un orgasmo que hace del éxtasis amoroso una imagen insaciable e inagotable de la muerte.
Besos, Laura.
Ybris, es un placer despertar el día con tu comentario, con tu lectura sobre los versos. Gracias por la evocación de la oscuridad del corazón (la parte que más me gusta del poema, donde espesa).
ResponderEliminarLa lectura que haces sobre la petit mort es el doblez del poema. Es un poema bífido en su final que tiene dos lecturas. La erótica y la sentimental. Has abierto las dos, hábil lector.
Un abrazo inmenso
Laura
Te deseo muchas pequeñas muertes perfectas antes de la muerte de tu cuerpo.
ResponderEliminarBesitos
La entrega perfecta, la sumisión...ese dolor placentero del alma y del cuerpo.
ResponderEliminarGracias.
Teresa.
Elena, las pequeñas muertes del poema son más bien negativas. Juego al doble juego que aporta la expresión 'petite mort'. De modo que me tomo tu deseo como un delicioso regalo.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Gracias, Teresa, por leer y por sentir. Bienvenida.
ResponderEliminarUn beso.
Laura
Bello y triste, la muerte siempre es triste aunque sólo sea un poco, menos mal que aquí hay una pequeña esperanza.
ResponderEliminarBesos, Laura.
Esta manera de morir de pequeñas muertes, genial.
ResponderEliminarBesossssss
rojez sobre el mapa... Me gusta cuando rebautizas colores, española.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Irene. Es un fin. La esperanza la declara la mirada: hacia delante.
ResponderEliminarBesos.
Laura
Mónica, sí, esta manera...
ResponderEliminarUn besazo,
Laura
Carlos, la herida, la rojez; el mapa, la piel.
ResponderEliminar¿Qué es la piel sino nuestro silencioso mapa?
Un beso.
Laura
Pequeña muerte... perfecta? Nada sobrevivirá a esa muerte al fin y al cabo.
ResponderEliminarUn abrazo poeta.
Gracias, Elisa. Pero no... sí que sobrevive algo: es uno mismo quien sobrevive.
ResponderEliminarNO es la pequeña muerte la perfecta... es lo que la provoca. -Dime perfecto y.... así debe ser... mal que nos duela.
La vida está llena de pequeñas muertes que nos hacen fuertes.
Un beso.
Laura