Riesgo



Riesgo es cegar la fe de los pulmones,
sumergirse en el mar
y ser del agua.

Riesgo es sacar los ojos a la luna,
devorar las estrellas
y ser de luz.

Riesgo es lanzar la muerte a los leones
y morirse de vida
y no parar.



Laura Gómez Recas
Imagen: Anillos de Saturno, NASA

Breve que te quiero breve


Breve que te quiero breve...
Breve espacio, breve llama.
El verso sobre el reloj
y el poema sobre el alma.


Será en


LOS DIABLOS AZULES

C/ Apodaca, 6
(Madrid)

Viernes 25 de febrero a las 20.30 hrs.


Prometemos ser breves...

El viernes a las 20.30 p.m. hora española se retransmite el recital a todo el mundo vía internet, a través de http://www.lahojaenblanco.com

Demora




Demora de mis dedos en tu cuello,
en tu perfil clavado en mi mejilla,
demora de mi cuerpo entre tus brazos,
de mi piel elevada a tus pupilas.
Acércame a la altura que no encuentro;
prendida estoy. Y estoy casi vencida:
a rama de tu amor, casi hoja muerta,
en pleamar, adiós, casi ceniza.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Moons and rings before Saturn",
NASA

Sin tacto


"Sobre el cuerpo de la luna
nadie pone su calor..."
(M. Hernández)


No hay calor sobre la luna
que vierta el corazón
hacia tu piel.

No hay amor sobre el fuego
que guarece tu voz
en la garganta,
ni dedos de mesura
que engarcen nuestras perlas
en un hilo.

No hay luces en la aurora
tan sólo noche,
no hay labio sobre el labio
enardecido,
ni secreto a guardar,
ni lumbre eterna
sobre este cuerpo abierto
hacia tu cuerpo.

Hay ansia en las manos,
ramaje desleído,
alma enferma de apego
y un octubre imposible,
desmayo en amarillos,
esclavo de los vientos
que a las hojas dan muerte
con un beso sin mácula,

sin tacto.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Estany Llong", Jaime G. Recas

Mujer de cántaro


No quisiera volver al suelo
a lamer la silueta de unos pasos...
Debiera erguirme mujer,
desde ahora hasta que nadie me recuerde.

Mujer de cántaro y de navaja,
mujer de semilla, de lumbre...
de pétalo
en el rojo asumido por los otros.

Ya va siendo tarde
y la navegación se hace lenta...

¡Que no siegan espigas mis ojos,
que tan sólo quieren ser del sol
el nido amante que le dé forma!


Laura Gómez Recas
Fotografía: Jaime G. Recas

Sollozo


He prometido un sollozo a la mañana
por embadurnarme entera de caricias.

El llanto del frío en los ojos
toma asiento en el pulmón
y exhala
un golpe arrítmico que ofrendo
al frescor intenso que amanece.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Jaime G. Recas

Fotografía Expuesta


"FOTOGRAFÍA EXPUESTA"

de

JAVIER JIMENO
diablo.es


Inauguración: viernes 14 de enero a las 21 hrs.

en

LOS DIABLOS AZULES
C/ Apodaca, 6


Del 14 al 31 de enero de 2011

Creo en vos



Creo en vos
que sos destino,
margen izquierdo en mi presencia,
alud de lava con alma de alimento,
de la sed una lluvia
que en mí se estanca.

Dulce en vos
es la nota que de un aire
se derrama en mi garganta,
voz que tensa mi sonrisa
en métrica medida,
síndrome de un sur
que de trigal me enferma.

Creo en vos
sin nostalgia
o liturgia de acomodo,
y a vos reza entre sílabas mi boca
con el mullir que del labio
acicala el altar para ser beso.



Laura Gómez Recas
Fotografía: Laura G. Recas
***Con alma de tango, dice Mónica Angelino.
Del sois al sos... para vos, Mónica"***

Una copla




Templo las cuerdas del aire
que nacen de la guadaña
para caer, como espiga,
si tu silencio me daña.


***



Toda mi gratitud a Miguel Ángel Yusta


Edición del "Heraldo de Aragón"
Domingo, 12 de diciembre de 2010
Laura Gómez Recas

IV Noche TANGRAM


Somos TANGRAM
porque creemos en la indidualidad del colectivo:
piezas valiosas al servicio del grupo.

Circulamos por la autopista de las palabras
150 km/hora y subiendo...

Réquiem de Otoño. Reportaje fotográfico: Javier Jimeno y poema de Jorge Torres Daudet


RÉQUIEM DE OTOÑO
"Una puesta en escena muy especial de un singular grupo de poetas.
Un homenaje a los caídos, en gracia de su talento y sensibilidad."
Javier Jimeno Mate


Todas las fotografías de Réquiem de Otoño en:


Un poema de Jorge Torres Daudet

Hoy los muertos estaban menos solos.

Un ramillete de bellas y enlutadas damas,

graciosas ellas, en su vestir de negro, y arte, en

su decir poético, con maestro de sobrio

porte, con capa, bastón y chistera,

han roto el silencio entre tumbas, nichos, panteones

y cipreses, apuntando al cielo -sus raíces

al misterio, a las tinieblas, dominios

de la muerte-

Han dejado sus versos, sus rosas y respeto

al frío de las losas, adornadas

con nombres notables: Bécquer, Campoamor

Espronceda, Hartzenbush, Larra...

Los versos emanan frescos, como si hoy fuera ayer,

en su actualidad eterna .

Los aplausos han hecho eco, como batir de alas,

frente a los muros que cobijan nichos...

Jorge Torres Daudet


Sacramental de San Justo
Madrid
Domingo 12 de diciembre de 2010

Réquiem de Otoño, mi poema: De la muerte...

Fotografía: Brandan
A Mariano José de Larra
en un Réquiem de Otoño
ante su tumba.
A ti...
De la muerte, un peso como de hojas
de este otoño que muere a tramos lentos
y da tregua a la caricia de la luz.

De la muerte, un incesante llanto,
la inclemencia larga y desbocada
del grito que ahogaste en desamor.

De la muerte, toda la soledad,
ruido del hueso, cáliz oscuro
a la palabra nacida entre los labios,
yugo del tiempo que te encierra.

Llego con una deriva en los ojos
hacia el crujir absoluto del árbol
que no tarda en llorar hojas muertas
al encierro que de ti yo estoy llorando.

Te siento ese silencio entre costillas,
ese ser sin síntoma de vida,
ese entrar y salir como una nada
desde la pelvis al molde del cerebro.

Ya estoy aquí, ya somos dos
por recibir el barrunto de la lluvia,
por disociar la memoria de lo seco.

Mientras vuelves,
yo sujetaré la tierra
embadurnada con las letras de tu nombre,
sostendré con las manos el mordisco,
arrancaré el pulmón al fondo estrecho
hasta ser línea de ti, reglón marchito
entre hojas que del ocre nos musitan.

Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan
para Réquiem de Otoño

Réquiem de Otoño. La palabra "corazón".

Domingo 12 de diciembre de 2010. En la Sacramental de San Justo en Madrid.
Mi mirada bajo un velo negro deshizo el hechizo de la muerte. Las tumbas ceñidas a la tierra nos hablaron de la grandeza que guardaban y supimos que hay algo más importante que la vida: la luz que algunos hombres y mujeres han dejado desperdigada a su paso por ella y permanece inmutable afincada en los senderos de la palabra.

La palabra, como una fuente inagotable. Aquellos que la utilizaron para derramar la idea y edificar el manantial, el arroyo, el río... son aquellos a los que les debemos la posesión del océano. Nuestro.

Esta mañana, hemos rendido homenaje a algunas de esas personas que nos hacen sentir esa posesión, incluso después de muertos. Mi humilde homenaje a Mariano José de Larra fue leer este texto que aquí reproduzco. Mi intención era leer, pero algo transformó la lectura en una liturgia de emoción que clavó cada palabra en mi alma.

Se me quebró la voz en su "silencio" y una lágrima deshizo la palabra "corazón".

FRAGMENTO DE "DÍA DE DIFUNTOS DE 1836"
Mariano José de Larra
"(...) Pero ya anochecía, y también era hora de retiro para mí. Tendí una última ojeada sobre el vasto cementerio. Olía a muerte próxima. Los perros ladraban con aquel aullido prolongado, intérprete de su instinto agorero; el gran coloso, la inmensa capital, toda ella se removía como un moribundo que tantea la ropa; entonces, no vi más que un gran sepulcro; una inmensa lápida se disponía a cubrirle como una ancha tumba. No había aquí yace todavía; pero el escultor no quería mentir; pero los nombres del difunto saltaban a la vista ya distintamente delineados.

¡Fuera, exclamé, la horrible pesadilla, fuera! ¡Libertad! ¡Constitución! ¡Tres veces! ¡Opinión nacional! ¡Emigración! ¡Vergüenza! ¡Discordia! Todas estas palabras parecían repetirme a un tiempo los últimos ecos del clamor general de las campanas del Día de Difuntos de 1836.

Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.

¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!

¡Silencio, silencio!"



Réquiem de Otoño


RÉQUIEM DE OTOÑO


Homenaje a los poetas que reposan en el
Cementerio Romántico de Madrid


Domingo 12 de mes 12 a las 12 horas

en

La Sacramental de San Justo
Pº de la Ermita del Santo s/n
***

Un paseo tumba a tumba
Lectura de un poema del poeta muerto y un poema del poeta vivo


Recitan


Ana Mª Delgado, princesa de Kapurthala con Verónica Aranda
Manuel Altolaguirre con Fernando Sabido Sánchez
Adriano del Valle Rossi y Hristo Botev
con Zhivka Baltadzhieva
Ramón de Campoamor con Ángeles Fernangómez
Gustavo Adolfo Bécquer con Luz Macías
Francisco Villaespesa con Rosa Silverio
José Espronceda con Juana Vázquez
Juan Eugenio Hartzenbusch con Marisa Peña
Manuel Bretón de los Herreros con Antonia Bocero
Mariano José de Larra con Laura Gómez Recas

Música: Isabel Fernández Sáez
***

"Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! '¡Aquí yace la esperanza!' ¡Silencio, silencio!"
(M.J. de Larra)


La Generación del 27 tomó la costumbre de visitar cada año, en el aniversario de su muerte, la tumba de M. J. de Larra. Allí, se hacían lecturas y una pequeña ofrenda: un ramito de violetas.

Perdida la tradición, se retomó en la post-transición, promovida por intelectuales de esos años. De nuevo se perdió... El domingo, mi poema caera sobre su lápida. Leeré los últimos párrafos del artículo "Día de Difuntos de 1836", uno, sino el mejor, de los artículos de Figaro.

Junto a los versos, caerán las violetas.

***


Cartel: Judith Fernández
sobre imagen de "El beso de la muerte",
Cementerio de Montjuic

... y me hago río



Adoro la música
que bulle entre palabras.

Yo, embadurnada de las luces que derramas,
hago un envoltorio de silencios
trasciendo y me hago río
que quisiera coagular el alma toda
en la tierra desierta de tu orilla.

Mas desciendo, resbalo y me escabullo
sin el germen del roce de tu boca.

Llega el momento del beso,
el aliento de una magia contenida,
y sigo fluyendo
sin tacto, como virgen de dureza,
como si el mar tuviera que tomarme
y no tú, amor, y no tus ojos,
de amor llenos y de río y de manzanas.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Brandam"

La invisibilidad de los dioses. Creo en ti.


Para ella,
mi único dios y mi vergüenza.


Quisiera no existir,
no haber abierto la puerta del útero,
no ser pulmón que exhala y que contiene,
sino una nada y una ausencia de materia;
de la anchura del cosmos, intervalo;
nada humano, ser cosa sideral
atascada en el odre sin fin del universo.

Pero soy, veo, siento
y salí a la luz
por la rotura infame a la placenta.

Y

soy reflejo de su imagen, la de ella,
soy yo misma acribillada de miradas.
Soy yo, de pura vergüenza,
vertida a la desidia de mis brazos,
anclada en lo inmóvil de la pompa.
Odio la carne que reduce mi piel
a ser yo misma,
renuncio a mi parte del canal humano
de esta especie.

No hay dios.

Por mi culpa, grandísima culpa,
por mi silencio aplastado,
por la ausencia de los ánimos,
por la culpa atorada en mi cocina…

Yo te beso hoy, desde la imagen
al periódico ascendida…
santificada seas, mujer,
verdadera diosa de mi cielo,
puro altar de altar humano…

Creo en Ti, Todopoderosa,
Señora, Hija Única de la Tierra.



Laura Gómez Recas
Fotografía: Mujer enferma de cólera en Haiti.
En una acera, a pocos metros de un hospital.
Desnuda y sola. Invisible.
Ha sido portada de la edición de Madrid del diario "El País"
Jueves, 18 de noviembre de 2010

Antesala de un naufragio



Puede que las sombras me hablen y yo no escuche,
si la lentitud de la serpiente adora el recorrido de mi cuerpo
y la fragancia vocal que alienta mi garganta
cuando tu nombre hace de ella su guarida en lo oscuro.

No sé si siento más las fauces del silencio
que el pulso reiterado de la sangre entre mi carne,
deshuesada por ser única morada de tus manos
en un sueño, por incrédulo, indecente y reducido...

Siento la pérdida en la distancia que da la arena
cuando sazona el mundo de desiertos;
sin rumbo exacto, en la escala de un mapa ebrio,
cuando el velamen cava su tumba
en el casco de esta nao novia del naufragio,
amante del escollo, imán del farallón que hay en tu costa.

Volteaste el eje de la tierra
cuando arrasaste la cubierta de mis ojos
con una lengua de espuma, en caricia libadora.


Laura Gómez Recas
Fotografía, de Brandan

Por Miguel Hernández. Arenas de San Pedro


Un siglo y un día después del centenario del nacimiento de Miguel

Domingo 31 de octubre de 2010
a las ocho de la tarde

en la Torre del Homenaje del Castillo de Arenas de San Pedro

RECITAL POÉTICO-ARTÍSTICO

GRUPO POÉTICA EN GREDOS

***

El grupo estará reunido en La Lobera de Gredos durante tres días
"... vivir es labor sencilla que nos hace mendicantes del minuto..."


MIS VERSOS, SIN TUS VERSOS, NO SON VERSOS

"Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos..."
"Imagen de tu huella" (1934), M. Hernández

Mis versos, sin tus versos, no son versos
porque tú los hiciste transferibles
al amor de la hoguera de tu sangre,
entre el chusco de pan y la caricia.

Quemaste de las calles las aceras
de un Madrid que ignoraba tus embriones
y afloró la palabra de tus manos
cual zumo de limón resplandeciente.

Filtraste los zumbidos de un poema
a través del barrote y del candado
para ser de otros ojos el sonido
que abriría la cancela a otros talones.

Desnudos los claveles y los brazos,
no hubo agua de azahares que pudiera
apagar los fogones encendidos
en trincheras de luz el treinta y seis.

Mariposa en cadalso de camilla
que esparce del espino la hermosura
de tus ojos abiertos a la muerte:
tu inteligencia, tea inextinguible
prende lumbre, en candiles de blancura,
en el mil nueve... nicho de tu adiós.

A Miguel Hernández,
Laura Gómez Recas