Aún



Cambio un saco lleno de amapolas
por un tocón con raíz,
cambio el secreto de ayer
por la sonrisa en tus labios.

Desde la puerta,
hoy anochece despacio
y la paz me encierra.

Aquí, en la sombra,
donde el ojo descansa,
aquí me quedo
con el fundamento roto,
con la espiga en verde,
con un haz de luz,
aún,
entre los párpados.


Laura Gómez Recas
Imagen: Star shadows remote. Fuente: NASA

Presentación de TANGRAM


La última noche de septiembre es la primera para Tangram.
Jueves, 30 de septiembre de 2010
21.00 hrs.

Presentación de

TANGRAM

C/ Calvario, 16
Calvario Bar
Lavavapiés, Madrid


David Dávila
Vicente Drü
El Poeta Pijo
Manuela Paso
José Gonzalo
Bolo García
Óscar Ommje
Laura Gómez Recas
Ángeles Fernangómez

Guitarra y canción: Estela Bernal
Flauta: Elisa Peña


La calle Calvario se llama así porque antiguamente existía un viacrucis en ella. Debido a la inclinación de la calle y a lo dificultoso de la subida, las gentes asociaron el viacrucis con el hecho de que era poco más que un "calvario" caminarla.

Tangram promete llevaros al paraíso desde Calvario, una de las calles más bellas de Lavapiés.

Perfecto


Perfecto.

Dime perfecto,

y seré una llaga,
herida abierta,

sin luz, la herida,

con alma, con la tuya,
sin mi penumbra.

Rojez sobre el mapa
que abre.
De corazón oscuro
por tan poblado.

Y la fragilidad aguda,
como un alfiler
que quiebra,
punzante, la rompiente.

Perfecto.

Dime perfecto,

mientras me muero
de esta pequeña muerte.

Laura Gómez Recas
Fotografía: Jaime G. Recas

Luz sobre la hoja


Para todos los que escriben
"...cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza."
Mario Benedetti

Y revive...
todo lo que antes fue de cera
en la estrechez del callejón
que escupe tinta en el susurro.
Mutilado el hueso,
aún se alimenta de sangre
sin necesidad de reinventarse en lo mediocre.

La niña escribió en su diario una verdad
para que todo el fuego que arde en el planeta
se apagara de una vez por todas.

Atravesaremos las calles con las suelas limpias
y seremos como neveros solitarios
conservando el aroma invisible de un invierno,
pero no cerraremos la carne a los cuchillos
cuando la palabra se estremezca por el odio,
cuando la muerte sea equívoco en la guerra
y se deshagan las llaves del edén.

Escribir es acto que entrega y abandona la mente
sobre el impecable mutismo del papel,
antes,
madera,

antes,
árbol,

antes,
luz sobre la hoja.

Laura Gómez Recas
Poema para el III Encuentro de Poesía en la Red
Fotografía: Jaime G. Recas

Cambiamos de color


Cambio sugerido por el notable hijo de Alcalá de Henares, don Jesús Arroyo, ante un plato de postre compuesto por una bola de frambuesa y media rodaja de piña con color de mandarina.

Esperamos que este cambio en el color de la piña arroje claridad a la lectura de los poemas aquí publicados. La frambuesa sigue intacta, dando fe del orgullo de la autora.

Mi vida y mi silencio



Entre los dedos hallaste mi muerte,
entre sus dedos sumida,
agazapada
en un lecho de impiedad.
Sobre su carne, tu mano;
sobre su piel, tu deseo.

Diez a diez,
la conciencia de mis ojos
cortó el hilo que en mis labios
hilvanó la saliva de tu boca.
Vertido el frío en la piel,
supe del aire el desprecio,
la insolencia que se hundía
sobre sus manos,
entre mi pecho,
entre sus manos.

Entre tus manos,
mi vida y mi silencio.

No hubo lágrima ni amor taladrado,
ni corazón cuajado de humedad...
solo del repudio un dolor seco,
pútrido olor de carmesí, cercándome,
y el gusano atroz de la desvergüenza
tomando la caverna de mi cuerpo,
hueco, porque la mentira es la nada
y la nada son tus manos,
ávidas de dar muerte entre sus dedos
al ser que a tu lado se licuaba y deshacía.

Laura Gómez Recas
Fotografía de Jaime G. Recas

Indolencia



Odio la indolencia, la aborrezco,
como odio sumar negativos
y mentirme y que me mientan.

Dónde decirte de sublime tu voz
es toda falsa,
dónde escarbar contra la merma
entre una gándara de alabanzas,
dónde modificar el pulso
para certificar que ocupo casi un trono
de reina decapitada.

Para qué decirte que siento mi mentira
en cada palabra que delatas al mundo
y que no atisbo luz ni en una frase
pues me sé fuera de ti
como ángel de paso que cae
y bajo las alas se deshace entre la muerte.

Para qué decirte mi batalla,
si tu batalla es toda una mentira,
bajo la piel de mi cuello es una hiena
y culebra en el sótano
que en ti procuro.

Odio la indolencia, la aborrezco,
como sugerencia de ser ni eres ni soy,
no somos nada, nada nunca fuimos,
no llego a ti y tú de nada llegas,
ni das, ni alimentas, ni eliminas,
ni siento nada, mientras todo siento
porque no sé quererte sin quererte,
ni sé entender la queja si no quieres.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Brandan

Cuando comprendo

Por, para Cristina L. Rojo

Cuando comprendo
toda sombra me cubre
toda intuición
abotona mis ojos
para verme distante,
fuera de mí.

Y me avergüenzo
de mentirme despacio
como se miente el mar
cuando besa la orilla
y con besos la engulle
para no verla.


Laura Gómez Recas
"Marina", óleo sobre lienzo, Jaime G. Recas

Como gota de ámbar



He perdido una cuenta de collar entre los senos.
Resbaló, traidora,
como gota de ámbar,
imparable su descenso hasta mi alcoba.
Creo que el calor la derritió
porque hay un sabor a miel
sobre tus labios.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Ámbar", de Brandan

Atadura de lo etéreo



(Sentido, no pensado)


Inclino la sangre en el cauce que navega su corriente para acercarme a las orillas y serme en la gelatina de la carne, y notar mi vientre y su desmesura, y soldar las fibras como atadura de lo etéreo para no volatilizarme.

Siento que me vuelo cuando te sostengo sobre la piel de mi cuello.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Fast Gas Bullet from Cosmic Blast N49"
Fuente: NASA

De golpe



Contaba los pasos del silencio,
con la punta de los dedos desdecía,
lloraba sequedades en clausura,
aspiraba la bruma por los ojos.

Se esculpieron tus besos en mortaja
y la tumba se cerró sin avisarme.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Sun halo", de Nagy Attila
(NASA)

Antologías


Mi agradecimiento a Fernando Sabido Sánchez por incluirme en dos antologías poéticas en la red:


Y



(...)

Un renglón ajado en el escote
una coma que exige del recuerdo
marcar la decadencia al punto y coma;
y el tacón que eleva la cadera
y somete el caminar hacia los versos.

Es de locos saber



A callarme la boca obliga el pulso
de la lágrima abismo en la locura,
el dolor amamanta mi lectura
cuando leo tu verso en mal convulso.

La locura te nubla en el recuerdo
de una noche de truenos encendidos
que sacaba a bocados alaridos
de entre todas las rosas del acuerdo.

Pues es loco este duende que te llama,
es locura la tez de lo que siento
y es de locos saber que aún así ama.

No hay dolor que en desánimo consiga
aliviar el amor de mi alimento
pese a ser su picor el de la ortiga.


Laura Gómez Recas
Fotografía: Norfolk Daily News/Jake Wragges

El verso, como látigo perdido



Como desbrozo del sendero en el que avanzo,
he despegado con los dedos nebulosas
que desprendieron calor en el frontis de mi cuello
cuando tu boca anheló ser de mi carne el cuchillo
y tus dientes silenciaron la fiereza con caricias.

Ahora, la serpiente envuelve el tallo
que sostiene la fronda genital que nos domina
y tu voz se perpetúa, anida en verso,
contorsiona la piel con aspereza de canela
y sobrevuela, como ventisca,
hacia tu cuerpo expuesta mi llanura,
de eritema enferma bajo tu incandescencia;

pues en la grieta que abastece el rompeolas
se agolpan los pulsos de mi sangre
cuando tus ojos se desperdigan en mi pecho
y siento el verso como látigo perdido
en golpe de irritante adversidad.

Entre las ramas de tus brazos
se desvanece todo viento,
bajo tu peso me percibo hembra,
solitaria en la tierra que prometes,
única mujer, alimentando tu boca
desde el púlpito adherido a mi nave,
de carnal vigor desbaratada
por el roce viril de tu embestida.

Herida en el tránsito a la crujía
que mis manos adoran de ti,
me estrecho sin definir distancias,
inerte bajo tu beso.
Salvaje, tu dogma sostiene la mirada
y me esclaviza
con nudos en agua encadenados
sobre el alimento que me soy...
y que devoras.


Laura Gómez Recas
Imagen: "Desnudo", Clara Tengonoff¨
(Óleo sobre lienzo)

Crónica de un encuentro

Fue el día más largo del año, el día que abrió el marcador del verano que ya nos suma.

Sentada frente a un auditorio que exhalaba cariño, como un rompecabezas, mis fuerzas se recomponían.

Hablar con los versos, escritos en la soledad del campo de entrenamiento de la vida, es una semifinal para el corazón.

En el piso de arriba, los televisores retransmitían el partido de fútbol entre España y Honduras. En el piso de abajo, mis palabras rodaban sobre el césped de la poesía.

Desde el córner de la mesa, centraba los versos para probar el remate de oídos expertos y atentos.
Por las bandas, subían los alientos, en el centro del campo, triangulaban las sonrisas y la defensa protegía los tres palos de la puerta para que no se escapara ni uno sólo de mis sonidos.

Se puede jugar con el esférico don de la palabra a taladrar las redes más hermosas, las que escuchan y se involucran en el pequeño mundo que expongo sobre un campo minado de sinceridades.

Mis verdades, como requisito, pitaron el final del encuentro.

Creo que he ganado el partido a la hondura de esta primavera, enraizada en el invierno.

Gracias a todos los que jugasteis conmigo, a todos los que no pudisteis alinearos, a Teodoro Rubio, al Hogar de Ávila, a Covadonga Morales, a mi hija, a mi madre y a ti, que siempre estás a mi lado.

No hubiera podido marcar sin un equipo.

Laura Gómez Recas
Fotografía, de Santiago Tena
(ver enlace)

Orillas de Ávila. Recital.



"ORILLAS DE ÁVILA"
Ciclo 2010

Coordina Teodoro Rubio
Introducción de Agapito Rodríguez Añel
(Presidente del Hogar de Ávila)


LUNES 21 DE JUNIO A LAS 20.00 HRS.
Calle Caballero de Gracia, 18
Madrid

Presentada por TEODORO RUBIO,
RECITA

LAURA GÓMEZ RECAS


"A la orilla del verano, en el límite de mis fuerzas."

Todo mi agradecimiento a Brandan,
autor del cartel del recital

Este líquido que me es



Amo tus manos en el zaguán de mi cuerpo,
dotadas del ánimo de quilla del arado
capaz de perforar el horizonte
sin hastío,
de voltear la piel
en el absorto ras de la caricia,
artesano del surco
sediento de humedades.

Para beberme en un cáliz de silencios rotos,
me hiciste agua entre tus labios.
¿Dónde contener ahora
la marea que desplaza la luna
de este líquido que me es,
que me limita en la ola,
que me estrella en arrecifes de tu ausencia?

Me disperso agua, me derramo mar,
me vierto lago en la pulida superficie
de esta muerte en la que vivo

tu infinitud.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Flor", de Brandan

No hay voz


Del mar, toda la voz.
Del cielo, la palabra.
Sólo el corazón, del sentimiento.



Quisiera escribir esta noche
sobre el cieno y la vigilia,
sobre la rótula de Dios aplastando mis costillas,
todo el peso del abismo, abandonado sobre mí.

Eres tú, fuente de palabra,
la sangre,
el costado donde se abre mi herida.
La fractura en el cráneo de mi historia.
Es el sabor de tu boca, la saliva constante sobre el sexo,
la purga que traiciona el día séptimo
con un vómito imprevisto y derramado.

La sinceridad me abrió la puerta hacia lo oscuro
y él, allí, en su trono de nube y de relámpago,
contempla cómo penetro en el templo, invidente,
abriendo brechas en la yema de mis dedos
con el monstruo acechante en la cuneta
y un tropel de pléyades frisando la locura.

Quisiera escribir esta noche
sobre el camino enfangado.

A la siniestra, la impunidad
fornica con el alma que la enciende
y sella los resquicios de la luz,
A la diestra, el desdén con sorna instigadora
transcribe mi sonrisa hacia otras bocas,
lupanares que cuecen el dolor a brasa lenta
y licuan la densidad de nuestro sueño.

Mi muerte acecha este trayecto sin avance
y me apago velando tu horizonte sin la luna.
El grito es la única salida de la asfixia,
pero no hay voz que me sostenga la palabra.



Laura Gómez Recas
Fotografía: "Mazal 1", de Brandan
htpp://pintadoporelagua.blogspot.com 


La sal del agua







Desde que una curva lunar
se adueñó de las ingles del deseo,
no puedo separar la sal del agua
para beber, poco a poco,
el sobrante de tus besos.









Laura G. Recas
Fotografía: elen-priestess

La gota



Como llama sobre la sal del mar,
se origina la gota entre mis pechos.

Resbala sobre el poro,
arrastra, se hace néctar,
jugo en densidad...
Instala la humedad
como un verso cuesta abajo

y gira sobre el cráter del ombligo
bajo el naufragio hambriento de tu sed.


Laura Gómez Recas
Fotografía: "Flor", de Brandan